El cuerpo del padre fundador de Singapur, Lee Kuan Yew, que murió el lunes a los 91 años, fueron trasladados a la capilla ardiente instalada en la sede del parlamento.
Una solitaria gaita acompañó el traslado del ataúd envuelto en la bandera de la ciudad-estado.
Una multitud de agolpó a los lados del camino que recorrió el cortejo fúnebre.
Ante las largas filas que se esperan, las empresas están dando días libres a sus empleados para que puedan poder dar el último adiós a Lee.
El domingo se celebrará el funeral de estado.