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¿Qué pasa ahora con los cubanos en México y Centroamérica que no pueden llegar a EE.UU.?

La cancelación del programa "pies secos, pies mojados" de Estados Unidos pilló por sorpresa a muchos cubanos en camino a ese país. Ahora enfrentan el riesgo de una eventual deportación a Cuba.

BBC Mundo

Sábado 14 de enero de 2017

Incertidumbre, enojo en algunos. Es la sensación que prevalece entre los cubanos que abandonaron la isla y ahora se encuentran en México y Centroamérica.

La cancelación del programa conocido como “ pies secos, pies mojados ”, decretada por el presidente Barack Obama, les tomó por sorpresa en su viaje hacia Estados Unidos.

La mayoría vendió todas sus pertenencias para financiar el viaje. Otros se endeudaron.

Ahora su destino no es claro, porque no saben si podrán llegar a su destino o serán deportados en el camino.

Yraldo López es uno de ellos. "Aquí nadie sabe qué vamos a hacer. Todos nos miramos y no queremos ni hablar", le dice a BBC Mundo desde la comunidad La Cruz, Costa Rica, donde se encuentra.

"A una gente vestida con chaquetas le toca decidir mi destino, mi futuro. Hay cubanos en toda América Latina , desde Guyana hasta México. Todos tenemos miedo de movernos, miedo a que nos cachen".

Un riesgo que siempre ha estado presente, dice, y al que ahora se añaden las consecuencias que pueda tener la determinación de Obama.

 

En Panamá, por ejemplo, los cubanos que ingresaron al país sin documentos migratorios deberán abandonar el país en corto plazo, según advierten autoridades.

"Son irregulares y si no salen se les aplicará la ley migratoria como a cualquier otro extranjero irregular", dice el director del Servicio Nacional de Migración, Javier Carrillo.

"Retorno asistido"

Algo parecido enfrentan los cubanos que se encuentran en México.

El gubernamental Instituto Nacional de Migración (INM) le dice a BBC Mundo que tras la cancelación del programa "pies secos, pies mojados", los cubanos que se encuentren en situación irregular pueden ser detenidos.

Luego permanecerán en una estación migratoria donde legalmente se quedan 15 días, a la espera de que la embajada o los consulados de Cuba los reconozcan como ciudadanos de este país.

Si esto ocurre serán enviados a la isla, un proceso que el INM llama "retorno asistido".

 

Pero si no existe el reconocimiento los cubanos detenidos reciben un oficio de salida. Se trata de una notificación para regularizar su situación migratoria o abandonar el país antes de 20 días.

En los hechos sirve como un salvoconducto para evitar deportaciones en su viaje a Estados Unidos.

Durante décadas la deportación era un trámite muy poco utilizado, pero la situación cambió desde mayo de 2016. En esa fecha entró en vigencia el Memorando de entendimiento entre Cuba y México.

Es un protocolo de migración en el que La Habana acepta la deportación de los cubanos que se encuentren en situación irregular en territorio mexicano.

Este procedimiento no cambia con el reciente anuncio del gobierno estadunidense, asegura el INM.

 

Número desconocido

Según datos oficiales, en Panamá hay al menos 100 cubanos en situación migratoria irregular.

Pero el número real de estos migrantes varados en México o Centroamérica no se conoce, porque la mayoría cruza los países de forma clandestina, coinciden especialistas.

Marcelo Pisani, director de la oficina regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), le dice a BBC Mundo que el paso de estas personas "ha sido bien errático".

Hasta mediados de 2016, el flujo de cubanos era de unos 200 al día en promedio. Pero los números cambiaron este año, como sucedió en Costa Rica, donde se encuentra la sede de OIM.

"Los albergues están casi vacíos. De haber albergado a 2.000 personas hace un mes bajaron a 200, dramáticamente", dice Pisani.

"Sabemos que hay cubanos, no han dejado de pasar en ningún momento".

 

El movimiento constante se prolonga hacia el norte, sobre todo en México. En 2016 el gubernamental Instituto Nacional de Migración (INM) entregó oficios de salida a unos 10.000 cubanos.

No se sabe el destino final de estas personas, aunque según organizaciones civiles la mayoría cruzó la frontera. El número de quienes aún permanecen en México se desconoce.

BBC Mundo preguntó en albergues de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas –vecinos de Estados Unidos- si actualmente atienden a migrantes cubanos.

En todos los casos la respuesta fue no.

"En noviembre tuvimos como 12, pero desde entonces ninguno", le dice a BBC Mundo Rosa Domínguez Ramos, encargada de la Casa del Migrante San Francisco de Asís, de Matamoros, Tamaulipas.

"Esperamos un milagro"

Pero la situación en el sur de México es distinta. Según organizaciones civiles en ciudades como Tapachula, Chiapas, hay cientos de cubanos a la espera de un oficio de salida para viajar al norte.

Como a muchos otros el anuncio de Barack Obama les sorprendió.

José Gustavo de León Capote, quien salió en 2013 de Villa Clara, Cuba, es uno de los ellos. "Esperamos no haber arriesgado nuestras vidas en vano, que Dios nos ampare a todos", le dice a BBC Mundo.

 

Gustavo, como otros 150 cubanos, espera desde hace dos días el documento del INM que le permita viajar a la frontera norte. Ha sido un largo viaje.

"Esperamos un milagro para poder llegar a ser libres como muchos de nuestros hermanos, porque en realidad muchos de los que estamos aquí hemos dejado todo atrás: familia, hijos, vendimos casa y lo poco que teníamos", dice.

En Panamá Reinaldo Veitia Llorente tiene la misma esperanza.

"Mi familia, mis amigos, todos los cubanos nos hemos ido con la idea de poder pisar tierra en Estados Unidos para ayudar a los que se quedan en Cuba que no tienen nada", le dice a BBC Mundo.

Pero el reciente anuncio de Barack Obama pone en riesgo todo. "Es una cosa que uno siente que le cae un palo de agua, y bien frío".

La incertidumbre de quienes están de alguna forma varados en México y Centroamérica es parte del problema, reconocen organizaciones civiles.

La otra son los cubanos que se encuentran en Sudamérica en camino al norte, dice el representante de OIM.

"No sabemos lo que puede pasar en el corto plazo", explica Marcelo Pisani.

"Puede que algunos tomen el riesgo y sigan viaje a Estados Unidos, pero eso los hace mucho más vulnerables a ser presas de traficantes de personas".