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"Terrible y abominable": las críticas de la alcaldesa de San Juan, Yulín Cruz, a Donald Trump por su visita a Puerto Rico

El comportamiento del presidente durante su viaje a las zonas afectadas indignó a Cruz, que ya había lanzado fuertes críticas por lo que considera desatención de las autoridades federales a los afectados del huracán en la isla.

BBC Mundo

Jueves 5 de octubre de 2017

"Esto va de salvar vidas, no de política". Eso fue lo que le dijo la alcaldesa de San Juan, Yulín Cruz, a Donald Trump cuando se encontraron y estrecharon las manos en la visita del presidente a Puerto Rico. Él no respondió.

Trump visitó el martes la isla tras el paso del huracán María, una estancia relámpago no exenta de polémica.

El comportamiento del presidente durante su viaje a las zonas afectadas indignó a Cruz, que ya había lanzado fuertes críticas por lo que considera desatención de las autoridades federales a los afectados del huracán en la isla.

La alcaldesa enfureció tras ver algunas de las imágenes protagonizadas por el presidente estadounidense en Puerto Rico.

Lo que más enojó a Cruz fue que Trump lanzara paquetes de papel con pose de baloncestista a la a la multitud.

Una escena "terrible y abominable" para ella, según dijo este miércoles en una entrevista. Todo dejó, a sus ojos, un balance "insultante".

El presidente Trump pasó este martes cinco horas en San Juan, la capital puertorriqueña, dos semanas después de que el huracán golpeara la isla y tras numerosas quejas por lo que muchos interpretan como lentitud del gobierno estadounidense en dar respuesta a la emergencia.

Yulín Cruz es una de quienes que más protestó.

Trump, por contra, se mostró muy satisfecho, como reflejó en Twitter tras un "gran día" en Puerto Rico.

 

Más de un 90% de la isla sigue sin electricidad y en los lugares más apartados la población continúa sin comida, agua, ni servicios médicos esenciales.

En su viaje televisado a la isla, Trump comparó lo que ahora afronta Puerto Rico con la devastación del huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005, lo que tampoco sentó bien a muchos puertorriqueños.

Puerto Rico no sufrió un "verdadero desastre" como el del huracán Katrina: las polémicas declaraciones de Donald Trump al visitar la isla

Comparación con el Katrina

"Toda muerte es un horror", dijo, pero animó a recordar los "cientos, cientos y cientos" de personas que murieron en "una verdadera catástrofe" como el Katrina.

Trump le preguntó al gobernador de la isla, Ricardo Roselló, cuántas personas habían muerto por el paso del huracán María. "16 muertes confirmadas, frente a miles", cuantificó el presidente sin esperar la respuesta de Roselló.

Se estima que en el Katrina perdieron la vida 1.883 personas.

 

La alcaldesa afirmó que los comentarios del presidente sobre el presupuesto federal eran "insultantes para el pueblo de Puerto Rico".

El gobernador Roselló aclaró más tarde que el balance de víctimas mortales de María es de 34 hasta el momento.

Trump también subrayó el impacto de la atención de la emergencia en las arcas federales, que ya sufrían un déficit de US$72.000 millones.

Dijo a los puertorriqueños que "habéis dejado nuestro presupuesto un poco desfasado... pero no hay problema".

'Ciudadanos de segunda'

Aleem Maqbool, periodista de la BBC desdeSan Juan

Quizá fuera un "gran día" en Puerto Rico para Donald Trump, pero más del 90% de los tres millones y medio de habitantes de la isla siguen sin electricidad ni teléfono.

Esto implica que a muchos de ellos no les habrán llegado sus comentarios sobre cuánto le está costando al Gobierno de EE.UU. el desastre en Puerto Rico.

Tampoco habrán visto que solo visitó Guaynabo, una parte rica de la capital, en la que bromeó con gente que ya no necesita que les faciliten linternas.

Muchos de los que nos cruzamos y están al tanto de la visita presidencial dicen que esto es otra prueba de que el presidente los ve como ciudadanos de segunda.

Según The Washington Post, al pasar junto a un montón de linternas apiladas, el presidente preguntó a los responsables si es que ya no les hacían falta, lo que muestra un aparente desconocimiento de cual es la situación real para una población que sigue privada de energía.

Después de reunirse con autoridades locales y los servicios de emergencia, Trump recorrió algunos puntos de San Juan. Se detuvo en una iglesia en la que entregó material de ayuda y lanzó los rollos de papel higiénico que tanto han molestado a la alcaldesa Cruz.

 

La primer edil de San Juan desdeñó el viaje, al que calificó como un mero ejercicio de relaciones públicas, en el que no había habido "intercambio con nadie, con ninguno de los alcaldes".                         

Respecto a la escena del lanzamiento de rollos de papel, Cruz fue concluyente: "Realmente, no representa el espíritu de la nación estadounidense".

La alcaldesa afirmó que los comentarios del presidente sobre el presupuesto federal eran "insultantes para el pueblo de Puerto Rico" y que las comparaciones con el Katrina "minimizan nuestro sufrimiento".

Los habitantes de la isla, según ella, "se están muriendo, no tienen los recursos médicos básicos", una denuncia que ha venido repitiendo en los últimos días.

Cruz definió a Trump como "una suerte de descomunicador en jefe" sin ningún interés por la situación de quienes están sufriendo, aunque dijo que "su personal parece querer abordar esto de otra manera".

Tras verse con Trump, Cruz tuiteó que el encuentro con el personal de la Casa Blanca había sido "productivo".

 

La polémica entre el presidente y la alcaldesa no es nueva. Ella había acusado a la administración Trump de estar "matando" a los puertorriqueños "con su ineficiencia". Él replicó en Twitter, reprochándole estar en connivencia con los demócratas para atacarlo.

Cuando se encontraron en persona en San Juan, Trump evitó contestar a la interpelación de la alcaldesa.

Poco después del viaje exprés de Trump, la Casa Blanca anunció que prepara el envío al Congreso de un paquete de ayudas frente a desastres por valor de US$29.000 millones . US$13.000 millones de ellos serían destinados a los afectados por los huracanes de Puerto Rico, Florida y Texas.

El resto se destinarían al programa de seguros contra inundaciones que cuenta con respaldo federal.