"Quedamos absolutamente abismados y abrumados por la conciencia cívica y la capacidad de los chilenos para salir, muchos en silencio, ordenadamente y votar".
Así recuerda el coordinador de la franja televisiva de la campaña del NO y ex ministro de la Concertación, Juan Gabriel Valdés, el 5 de octubre de 1988, cuando se realizó el plebiscito que derrotó a la dictadura de Augusto Pinochet.
Destacó que la capacidad del movimiento que se había generado con la campaña de la oposición se tradujo, inicialmente, en la inscripción de más de siete millones de chilenos en los registros para poder votar.
"El 5 de octubre fue el día de la gente", dijo en conversación con Canal 24 Horas.
Sin olvidar los momentos de tensión que se vivieron durante toda esa histórica jornada, Valdés reconoció la labor que se hizo con el recuento paralelo de votos sin tener la ingeniería más adecuada para hacerlo.
Fue precisamente esta labor la que generó incluso más temores dentro de los organizadores de la campaña.
"Recuerdo el primer recuento de votos que lee (Alberto) Cardemil en televisión, que nos produjo espanto, porque daba la sensación que ellos estaba felices con el triunfo del SÍ, cuando teníamos clarísimo que eso no era así. Entonces la posibilidad del fraude se reinstaló", sostuvo.
Juan Gabriel Valdés relató también que lucharon contra muchos malos presagios por la idea de desbancar una dictadura con un acto democrático, pero indica que fue la tradición cívica chilena la que se impuso para que funcionara.
Agregó que Augusto Pinochet no tuvo ningún rol destacable para que la votación se llevara a cabo y el hecho que aceptara que el plebiscito se realizara se debe sólo a que "fue convencido por algunos asesores de que él iba a ganar".
"Creo que Pinochet estaba dispuesto a seguir y si no lo hizo fue porque se dio cuenta que no había unidad suficiente en el gobierno ni en las Fuerzas Armadas para dar un golpe de mano", sostuvo.
Ante las críticas emitidas por el candidato Marcel Claude, quien dijo que no había nada que celebrar por el pacto hecho con Pinochet tras el triunfo, Valdés explicó que se trata de una visión nihilista del proceso.
"Obviamente pactamos porque era lo que había que hacer. ¿Cómo íbamos a traducir una llegada a una democratización y mayor libertad sin entender que un 44% del país había votado por la fórmula que propiciaba la mantención de Pinochet? (...) Les pregunto ellos tenían otra fórmula, porque la otra había fracasado en Carrizal Bajo", dijo recordando el lugar donde se internaban las armas provenientes de Cuba por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.