1.- Con estupor nos hemos enterado en el día de ayer de que los tres representantes de Chile Vamos en el directorio de TVN han presentado su renuncia a la mesa. Los directores toman esta decisión a escasos días de que el Congreso culmine el trámite del Proyecto de Ley de capitalización del canal, que fortalece el futuro de TVN y establece por primera vez la exigencia de una señal cultural.
2.- Es imposible no entender la oportunidad de estas renuncias como un evidente propósito de frustrar la aprobación de la Ley el próximo martes 16.
3.- Esta capitalización es urgente para que nuestro canal pueda poner en marcha un nuevo modelo de negocios que enfrente los vertiginosos cambios de la industria, poniendo a tono TVN con los importantes y reiterados aportes de recursos que han efectuado los dueños de los canales privados.
4.- Los argumentos entregados por los directores de Chile Vamos en su comunicación pública faltan a la verdad y serán desmentidos uno a uno por la administración. Desde que en 2014 se produjera el desarme del área dramática de esta empresa, la que migró a la competencia con graves efectos para los ingresos de esta compañía, se han realizado enormes esfuerzos para revertir perdidas y preparar este medio de comunicación para los exigentes desafíos futuros.
5.- De aquello son testigos los directores salientes. Los costos del canal pasaron de $85.800 millones en 2015 a $64.300 millones en 2017, es decir una baja de 24,6%. Las pérdidas, en tanto, se redujeron de $25.992 millones en 2015 a $9.050 millones estimados en 2017. Eso representa una baja de 65.1%. La administración dispone, además, de estrategias de planes de corto y mediano plazo y de medidas para asegurar el funcionamiento de la empresa, medidas que son reforzadas por los fondos ya garantizados en la Ley de Capitalización.
6.- Es una grave irresponsabilidad de los directores de Chile Vamos declarar la inviabilidad del canal y presupone un propósito político no manifestado. Terminar con TVN, como señalan los renunciantes al abandonar sus cargos, es simplemente abrir las puertas de su privatización o, peor aún, su desaparición. ¿Es ese el objetivo final? La televisión pública chilena es fundamental para contribuir al debate plural de nuestra sociedad y ha sido un espacio abierto a la oposición desde el retorno de la democracia. Su privatización fortalecería la concentración de medios y poder económico, cuestión que no es buena para una sana convivencia democrática.
7.- Los directores que suscriben esta declaración asumirán hasta el final su responsabilidad con Televisión Nacional de Chile, con sus trabajadores y con los deberes que la televisión pública tiene con el país, porque estamos convencidos de que existe un proyecto plenamente viable para TVN.
Suscriben,
- Ricardo Solari
- Antonio Leal
- Francisco Frei