Cerca de la mitad de los chilenos habilitados para votar en esta elección presidencial, parlamentarias y de consejeros regionales no pudieron o simplemente no quisieron hacerlo.
En este último grupo se concentran los que se sienten defraudados, indiferentes o los que se resisten a participar.
“Fui vocal cuatro años y me decepcionó el sistema y de ahí nunca más fui a votar y ahora que es voluntario menos voy a ir, no me gustan los candidatos, no me gusta nada”, afirma Raúl Martínez.
Una postura similar tiene Cristian Martínez, quien sostiene que “vi las propuestas, los debates, pero ningún candidato me convence, no pienso darle mi voto a nadie”.
Otros en vez de enfrentar las filas de las mesas de votación optaron por otras alternativas, la más recurrente fue aprovechar el día en familia.
“Pensaba votar, tenía una candidata, pero debido a todo el desprestigio político, el denostamiento público, en este minuto no hay ningún candidato que me está representando”, sostiene Fernando Ávila.
“Toda mi familia optó por lo mismo, nadie vota”, agrega Elba Salazar.
La gran mayoría de los capitalinos que no participaron del proceso eleccionario optó por descansar en el litoral central, principalmente en Viña del Mar.
Distinto es el caso de Natalie Álvarez quien permaneció gran parte del día en su función de vocal de mesa a pesar de que no sufragó.
“A mí no me interesa esto, no me identificó con ningún candidato, no me gusta la política”.
Todas opciones, gusté o no, válidas en este sistema de voto voluntario.