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Lily Pérez: "No estamos disponibles para apoyar un 'arreglín' político"

La senadora de Amplitud se refirió a la propuesta del Gobierno de regular la política y los negocios señalando que caso Caval y Penta "me recuerda mucho al caso MOP-Gate".

María José Vega

Martes 3 de marzo de 2015

"Creo que no son las leyes las que van a hacer que políticos y empresarios actúen con ética. Además de leyes, aquí debe existir un cambio de actitud moral. Además, ante un escándalo político a veces se anuncian proyectos que demoran años en tramitarse, o incluso que nunca se concretan. Entonces aquí yo digo “ver para creer”. Esto me recuerda mucho al caso MOP-Gate".

De esta manera la senadora de Amplitud, Lily Pérez, se refirió a la propuesta del Gobierno de regular la política con los negocios.

Según señaló la parlamentaria, la comparación se debe a que "ese caso abrió una puerta a la corrupción que nunca más se pudo cerrar. Dejaron de funcionar las instituciones, producto de un acuerdo político que terminó por debilitar las investigaciones que se estaban llevando a cabo".

"Y ahora, cuando estalló el caso Penta, hubo algunos atisbos de dirigentes de la UDI que recordaban el MOP-Gate, cuando ellos le salvaron el gobierno a Ricardo Lagos, y que esperaban una vuelta de mano. Además, aquí también tenemos otro caso donde están involucrados familiares de autoridades", agregó.

Junto con ello, Pérez enfatizó que "la Alianza encontró algo que le cayó como anillo al dedo, que fue el escándalo Caval-Dávalos. Y como ahora están empatados Alianza y gobierno, por Penta y Caval, obviamente lo que van a tratar de hacer es buscar un acuerdo como ese. Pero en Amplitud no estamos disponibles para apoyar un “arreglín político” estilo MOP-Gate. Nosotros queremos que esta crisis se convierta en una oportunidad para endurecer las leyes. Pero que también haya un cambio en la actitud ética y moral".

En esta línea, la senadora indicó que lo que más le preocupa es que "si la Alianza no toma decisiones con personas involucradas en delitos y en mentiras, no tendrá la altura ética necesaria para cumplir un rol de fiscalización eficiente. Y veo con preocupación cómo ellos se han inhabilitado éticamente al no tomar acciones contundentes contra los involucrados".

Mientras que al referirse al caso Caval, declaró a La Tercera que "el gobierno reaccionó tardíamente", pero que más allá si Dávalos tuvo que haber dejado su cargo antes o no, "lo más preocupante es la actitud de la Presidenta Bachelet. Ella se escudó en sus emociones para no pronunciarse. Y eludió lo más importante: hacer un juicio ético como Presidenta de la República sobre el caso".

"Este es un caso donde está involucrado su hijo, donde se ganaron $ 3.000 millones, y donde se investiga si hubo favores políticos y uso de información. Y lo que uno espera de un Presidente es un juicio ético. Esto hace pensar que es cierto ese dicho de que “las segundas partes nunca son buenas”. Además, aquí quedó en evidencia algo grave: el que está gobernando es el “bacheletismo” y no la Nueva Mayoría (NM)", precisó.