Acusaciones cruzadas entre Gobierno y oposición se realizaron luego que la Cámara de Diputados rechazara el veto presidencial al proyecto que reajusta el salario mínimo que el lunes fue despachado por el Congreso.
Desde el Ejecutivo, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, aseguró que "no vamos a permitir que por revanchas políticas los trabajadores se queden sin reajuste", además de explicar que el proyecto del Ejecutivo están pensado también en "la seguridad de quienes pagan los sueldos".
En su crítica a los parlamentarios de oposición, expuso que "la propuesta del veto contenía una propuesta mejor que el que defiende la Nueva Mayoría"
En la misma línea, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Gonzalo Blumel, dijo que "el reajuste era mayor que el de cualquiera de los conseguidos por el Gobierno anterior, pero la oposición lo rechazó para hacer un daño a este Gobierno".
Consultado sobre una autocrítica del oficialismo en esta situación, manifestó que "el único mea culpa que podemos hacer es que buscamos siempre el acuerdo".
Respecto al escenario en el que se encuentran, Blumel anunció con el Presidente Piñera y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, para analizar los pasos a seguir.
"Esto es un fracaso"
Tras la sesión de la Cámara, el senador Ricardo Lagos Weber comentó que "el Gobierno en su conjunto es responsable: el Presidente por el veto y el ministro de Haciendo por una negociación muy mal llevada. Esto es un fracaso".
"Lo que quiero denunciar es que la post verdad tiene un límite. El Parlamento en ambas cámaras aprobó un reajuste. En castellano, es un proyecto de ley aprobado en el Congreso que llega al escritorio del Presidente de la República y que, con su sola firma, se constituye en ley. Pero el Presidente decidió vetar aquello, diciendo 'no me gusta esto'".
El senador además defendió el proyecto aprobado en el Congreso que consideraba los reajustes para los años 2018 y 2019, pero que rechazó la plurianualidad para 2020.
"Acá perdieron los trabajadores porque el Gobierno, liderados por el Presidente, querían 30 meses sin negociar el salario mínimo. Eso es excesivo", sentenció.