En Punta Arenas, la ciudad más austral de nuesto país, se celebra todos los años una fiesta que llena los muros y escaleras de la comunidad con color. Se trata del "Carnaval de Invierno" en que grandes gigantes recorren las calles.
Alejandro Jara está a cargo de crear las figuras: hombres de más de ocho metros de alto con increíbles detalles que emulan los rasgos de los tehuelches. Además, el ejército participa haciendo un carro confeccionado que más tarde recorrerá la ciudad.
Los detalles de las figuras Jara los hace con ayuda de la peluquera Rosa Oyarzún quien pone cejas, barbas y cabellos a los gigantes. El alcalde de Punta Arenas, Emilio Boccazzi, dice que la meta es que 60 mil personas vean el festival en cada ocasión.
Bastante más al norte, en la región de Antofagasta se ubica el poblado Santiago de Río Grande. Allí se mantienen aún tradiciones de hace cientos de años, por ejemplo, las casas de piedra con barro y los techumbres de paja.
Los habitantes se sostienen a través de su propia agricultura, y aunque está en el extremo norte de nuestro país, Santiago de Río Grande muchas veces tiene temperaturas bajo los cero grados centígrados.
Los lugareños poco a poco incursionan en el turismo. El valle del Arcoiris, por ejemplo, es una zona pedregosa con tonalidades de distintos colores y que poco a poco se hace conocida.
Volviendo a la zona sur, en Pucón, la lana de oveja da pie a una de las actividades más delicadas de la cultura mapuche. La lana recién cortada se lava en el río en las faldas del volcán Villarrica.
Para teñir el material, se usan las hojas del boldo y del maqui en agua hirviendo y se deja que la lana absorba los tintes verdes. Más tarde, en una rueca se hila la lana y en un taller Anita Quiñenao hace muñecas que luego vende en Pucón.
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