Felipe Lamarca comienza la conversación refiriéndose y haciendo un breve resumen de Anacleto Angelini, con quien trabajó por muchos años. “Era un hombre inquieto siempre pensando en los negocios”.
“Se va a África y comienza siendo un comerciante con sus ahorros. Compraba productos y los traslada de un lado a otro en la época de guerra, aprovechando los camiones de guerra italianos que esteban en ese continente”, asegura el empresario.
“Junto a unos amigos deciden irse a Sudamérica a Venezuela. Se traen toda la maquinaria de una fábrica de pinturas. Se quedan un par de años allá y luego se viene a Chile”, señala Lamarca.
El exitoso empresario remarca que llegar a ser un ejecutivo de tan alto estatus, se lo debe a su paso por el SII. “A la imagen de correcto, duro, que coincidía con el tipo de ejecutivo que ‘Don Cleto’ quería”.
Cuenta que fue como un boy scout del Gobierno en 1978, cuando a los 24 años se hizo cargo del SII. “Yo no sabía qué era un impuesto”, cuenta y agrega: “Lo primero que hice fue recorrerme el SII entero de Arica a Punta Arenas. Entraba a una oficina y decía ‘aquí hay tres botellas de whisky’, miraba”, advierte.
Entonces utilizó como estrategia el imperio del terror para la evasión tributaria. Eliminó todas las oficinas privadas y “empezamos a controlar, controlar, controlar”, añade el ex ejecutivo de Copec.
Un día descubrí que había un satélite americano y que saca fotos. A los agricultores “los voy a controlar desde el aire”, pensó. “Pensaron que me había chalado”, aseguró y dijo “sabré lo que han plantado”. Y así fue, luego comenzó a pedir explicaciones al rubro.
“Lo pasé bien, me entretuve. Hoy día puede ser chochera mía. La obra social que más quiero, donde más aporté”, explica. Sin embargo, su carrera en SII concluyó cuando llegó hasta la Corte Suprema de la época y, a pesar, de que el ministro de Hacienda de la época le advirtió que terminara ahí su investigación, continuó. Así lo despidieron a las nueve de la noche.
Así también, hace una referencia en cuanto a la desigualdad social que se registra en Chile: “Lo que nos pasa en este país es que tenemos concentración en política y concentración en la economía. Primero con el binominal y mucha diferencia entre el que tiene menos y el que tiene más” y remarca que el crecimiento económico no se refleja en la salud, la educación o la conectividad.
Finalmente, concluye haciendo una reflexión acerca de su relación con las personas que han muerte, particularmente su hijo. “Yo creo en la evolución de las almas. Creo en la vida después de la muerte (…) Creo que esta noción de tiempo, es de nuestra pequeñez. Creo que en el alma estamos todos. Es la misma energía. Yo estoy seguro que toda la creación es una cuestión evolutiva. Yo creo que todos somos energía. No los vamos a ver por un tiempo, pero están aquí”, advierte Felipe Lamarca.