A los 15 años decía que tenía 18 para imitar a sus referentes de la época: Jim Martin, James Louise, Louis Armstrong. Hasta que, finalmente, Luis Dimas, dejó las imitaciones y llegó al twist, convirtiéndose en el primer artista de habla hispana que cantaba este género. Allí comenzó a escribir sus propias canciones como “Caprichito”, “Me recordarás” y “Mi secreto”.
A modo de anécdota confiesa que una de sus más famosos temas musicales, “Señorita desconocida”, fue escrita en inspiración de una de sus fans de pueblo y quien ante el apremio de conocer a su ídolo, olvidó poner el remitente a su carta.
Se fue a Buenos Aires y ahí cultivó el rol de showman. Junto a Palito Ortega, quien lo recibió en esa ciudad y Dimas recuerda como un gran amigo, almorzaron todos los miércoles, durante dos años. Ortega le presentó a grandes de los personajes trasandinos como Sandro, Yaco Monti, Estela Raval y Luis Sandrini. De ellos aprendió que “con el talento uno nace y después se va educando”, aseguró.
En relación a la comparación que se hace entre el “Canto Nuevo” y la “Nueva Ola”, argumentando que esta última carecía de crítica social, Dimas remarcó que “los fenómenos sociales se acaban y la Nueva Ola fue el movimiento social (musical) que más ha vendido en la historia de Chile”.
El cantautor nacional se fue a vivir a Canadá a principios de los setenta, para volver en 1984. Sin embargo, descartó que su decisión tuviese un tinte político: “Yo nunca tuve daño de ninguna corriente política”. A lo que agrega que “el artista tiene que ser artista y tiene que tratar de entretener a la izquierda, al centro y a la derecha. A todos por igual”, sentenció.
Derribó algunos mitos acerca de su amistad con Frank Sinatra, de cómo conoció a Elvis Presley, quien lo invitó a una fiesta en Las Vegas, pero descartó una fraternal amistad.
Así también, Luis Dimas demostró su graciosa faceta de imitador.
Los invitamos a disfrutar de la entrevista completa y de los dos temas que Quinteros interpretó en los estudios de Sesiones 24.