En Chile las curvas de desarrollo de los niños se distancian según nivel socioeconómico antes de que cumplan su primer año de vida. Según la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia las diferencias se aprecian desde los 10 meses y se incrementan a medida que pasan los años.
Dado que los primeros años son parte clave del desarrollo cognitivo, del lenguaje, de las habilidades sociales y de las herramientas emocionales de los niños la estimulación que reciban en su primera infancia es muy importante para su bienestar en el futuro.
En momentos en que debido a la pandemia del COVID-19 muchas comunas del país se encuentran bajo cuarentena y en que los niños en edad escolar reciben educación a distancia, muchas mamás, papás y cuidadores aplican al máximo su creatividad para proponer actividades educativas y entretenidas para los niños que contribuyan a mejorar esas habilidades.
A eso precisamente es lo que apunta HIPPY, un programa de visitas domiciliarias que nació hace 51 años en Israel y que actualmente se encuentra en 13 países del mundo. A través de la capacitación de tutoras que luego comparten sus conocimientos con otros vecinos, el programa busca empoderar a los padres, madres y cuidadores para que sean los primeros educadores y formadores de sus hijos en el hogar.
La iniciativa llegó a Chile a través de un plan piloto en 2018, cuando se realizó la capacitación a ciudadanos de la comuna de San Joaquín, en la región Metropolitana. Con el paso del tiempo el programa -cuyo nombre alude a "Instrucción en el hogar para apoderados de niños pre-escolares"- avanza y junto a la fundación CMPC llegará en 2020 a Santiago, Victoria, Lumaco, Traiguén, Angol, Collipulli y Cañete.
Además, Hippy se implementará en el servicio local sur (en las comunas de Hualqui, Florida, Chiguayante y Concepción) gracias a un convenio entre la subsecretaría de Educación Parvularia y la fundación CMPC, que cumple 20 años apoyando la educación de más de 28 mil niños y niñas de 54 escuelas y en 13 comunas de las regiones Metropolitana, del Maule, Biobío y la Araucanía, con foco en las edades más tempranas.
En detalle, HIPPY funciona capacitando a tutoras comunitarias que luego comparten con sus vecinos una serie de actividades semanales para niños de dos a cuatro años que ayudan a desarrollar su lenguaje, su motricidad y la exploración de su medio antes de entrar a la educación formal y complementando su desarrollo.
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