5:30 de la mañana, Mario y su padre llegan puntuales al aeropuerto de Punta Arenas. Les espera un viaje que nunca antes han realizado y que podrán experimentar gracias al primer lugar que el estudiante obtuvo en un concurso literario ¿El premio? Conocer un nuevo continente.
Sobre los 10 mil metros de altura, sólo un par de horas tomará para que la gran mayoría de los pasajeros del avión de Aerovías DAP pisen por primera vez esta tierra firme. Una experiencia inolvidable con 10 grados bajo cero de sensación térmica.
Para quienes perseveran por poner un pie en la Antártica aunque sea una vez en la vida, aseguran es un lugar paradisíaco, aunque su irregular geografía y clima hagan del continente blanco un terreno impredecible.
Este asentamiento chileno se ubica en la isla Rey Jorge, a orillas de Bahía Fildes. Comenzó a operar en 1968 como un centro meteorológico, y ya en 1990 se convirtió en la base Eduardo Frei. La dotación promedio es de 80 chilenos que hacen patria en el extremo sur del mundo.
Mario ganó un concurso organizado por la municipalidad de Punta Arenas. El objetivo era reinventar la famosa novela de Antoine de St. Exupery EL Principito. Un lugar que imaginó y donde su pluma situó al famoso personaje.
Durante 5 horas estos chilenos vivieron en carne propia que vivir en la Antártica no es un juego, aquí las temperaturas descienden de los 10 grados bajo cero en invierno con un par de horas de luz solar. Pero a la vez un sueño que pocos pueden cumplir aunque sea una vez en la vida.