El tradicional arte de la alfarería del pueblo de Quinchamalí y de Santa Cruz de Cuca se encuentra en peligro luego de que sobre los yacimientos tradicionales de greda se colocaran plantaciones de pinos y eucaliptos. Los fundos que antes estaban abierto para la recolección de insumos, ahora son recintos privados de acceso prohibido.
"Antes era relativamente libre porque, si bien eran terrenos particulares, los dueños si dejaban sacar la materia prima", contó Nayadeth Núñez, quien pertenece a una familia que se ha dedicado por generaciones al trabajo de la alfarería.
Es ante este inminente peligro de desaparecer que se realizó la iniciativa de postular la tradición alfarera del pueblo de Quinchamalí y el aledaño de sector rural de Santa Cruz de Cuca, al sistema de salvaguardia del patrimonio inmaterial de la Unesco.
"Este histórico documento que estamos enviando como país a París es un reconocimiento a artesanas y artesanos, y a quienes han resguardado este tesoro que les es tan propio y del cual nos sentimos tan orgullosos", expresó al respecto la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
De ser aprobado por la Unesco, pondría obligaciones al propio Estado de Chile, pero que también daría respaldo legal para sentar en una misma mesa a los ministerio de Hacienda y Economía, además de los privados y los mismos artesanos.
El organismo internacional de las Naciones Unidas deberá resolver si acoge la solicitud de salvaguardia urgente para la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca en el 2022.