La crisis humanitaria producida por la masiva llegada de migrantes a Chile desde pasos fronterizos ilegales en el norte de país, continúa y parece no detenerse.
En una verdadera travesía por el desierto, de varios días y con un calor sofocante, este año ya han llegado al país cerca de 1.400 personas, quienes se autodenuncian para tener tiempo para regularizar su situación.
Entran desde Bolivia, donde llegan a Colchane. De ahí se trasladan en un recorrido a pie que dura todo un día hasta Huara.
Desde la Pampa del Tamagural emprenden rumbo hacia Pozo Almonte, donde duermen en el mercado municipal, el cual se transforma en posible foco de contagio de coronavirus al generarse numerosas aglomeraciones.
Desde ahí llegan hasta Iquique, donde su municipio presentó un recurso de protección para buscar una solución a esta crisis, la cual se ha denominado como un descontrol de la frontera.