La Superintendencia de Salud detectó graves infracciones en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, en el caso de la muerte de un nonato ocurrida el año pasado, luego de que su madre fuera dada de alta pese a presentar síntomas de pérdida.
Los hechos ocurrieron el 21 de junio del año pasado, cuando Alexandra Rivas llegó al centro asistencial con contracciones y signos de pérdida. Aunque la mujer de 26 años consultó entre el 19 y el 21 de junio los motivos de la ausencia de movimientos fetales, una doctora becada del Servicio Gíneco Obstetricia la envió a su casa.
La Intendencia de Prestadores de Salud, a cargo de la Superintendencia de Salud, determinó que en la evolución médica, donde se indica el alta de la joven, firmó solo una persona, registrando el nombre del médico, de la becada y de un interno.
Según la superintendencia, esta acción es "grave e irregular", ya que "la becada no informó de la situación al médico residente, sino que tomó su propia decisión, lo que finalmente llevó a una muerte fetal", según explicaron en el propio hospital.
El ente regulador concluyó que el recinto "no cuenta con un procedimiento establecido y conocido por todos los funcionarios del Servicio de Gíneco Obstetricia, ya que se constatan diferentes criterios en el actuar clínico de una paciente con diagnóstico de alto riesgo materno fetal".
Además, la superintendencia sostuvo que se observa "poca rigurosidad por parte del hospital, toda vez que el informe de análisis del plan de mejora hace referencia al mes de julio 2019, siendo que los hechos desafortunados de muerte fetal ocurrieron en el mes de junio 2019".
Diputado Celis solicita renuncia del director
El pronunciamiento del organismo se dio luego de un oficio realizado por el legislador Andrés Celis (RN), miembro de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, quien solicitó la renuncia del director de recinto, doctor Leonardo Reyes.
El parlamentario explicó que "las negligencias de este caso son evidentes y graves. Además, se detallan graves infracciones administrativas, demostrando fehacientemente que hubo una infracción a los protocolos que debe seguir todo hospital público y que dichas erradas decisiones llevaron finalmente a la muerte del bebé que estaba a punto de nacer".
"Tal como lo indica el informe de la superintendencia, es el hospital el responsable final de las decisiones y acciones que toma el personal médico que presta atención a las pacientes, independiente si estos son médicos especialistas, becados o internos", agregó.
"Sin perjuicio de las responsabilidades personales que existen -añadió-, es el director, como superior del servicio, quien debe asumir su carga en el cumplimiento de los protocolos de atención y en la supervisión y resguardo de las atenciones brindadas por alumnos, internos y/o becados y es por ello que mi llamado es que dé un paso al costado. Es inconcebible que, a más de un año del grave hecho, las investigaciones y auditorías ordenadas por él, no estén finalizadas".
"Remitiré los nuevos antecedentes a la Contraloría, a fin de que ejerza sus facultades de control y analice la legalidad de los procedimientos cuestionados por la superintendencia", concluyó el diputado Andrés Celis.