Causar sensación y remecer a Sony.
Esas son las metas que Microsoft tiene para este martes cuando lance su esperada nueva consola de juegos Xbox.
Ocho años después de su última versión, la compañía quiere recuperar terreno ante en avance de la PlayStation y alcanzar una mayor participación de la industria de juegos mundial, que mueve 65.000 millones de dólares.
Aunque la Xbox 360 resistió digna los embates de Sony y Nintendo, la nueva máquina pretende convertirse en el centro del entretenimiento familiar. Así, las mejoras irían en pos de una mayor integración con televisión a conexiones con dispositivos móviles o acceso a contenido nuevo e incluso exclusivo.
La empresa ha logrado mantener en reserva las características de la última consola. Incluso el nombre es toda una incógnita y las posibilidades van desde Xbox 720 a Xbox Infinity o Fusion.
Sólo mañana se definirá si será necesario estar siempre online para jugar o si se habrán adoptado otras formas de combatir la piratería.
Tampoco se sabe si Microsoft presentará de inmediato su consola o sólo adelantará los detalles de la máquina, pero lo que sí estará presente será la nueva edición de la saga "Call of Duty", desarrollada por Infinity Ward: "Call of Duty: Ghosts".
Las consolas de juegos siguen representando la mayor parte de un creciente mercado de juegos -alrededor del 42 por ciento de los 65.000 millones de dólares del mercado mundial- según Microsoft. Sin embargo, los juegos en smartphones y tabletas, como una rama de redes sociales online, están ganando terreno rápidamente.
Las ventas de consolas han disminuido durante los últimos cuatro años, pese a la salida de nuevas máquinas. La Wii U de Nintendo, que se lanzó el pasado noviembre, había vendido sólo 3,45 millones de unidades hasta finales de marzo, muy por debajo del pronóstico inicial de la compañía de 5,5 millones, y las esperanzas de Sony con la PS4 son de bajo perfil.