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Un año sin Amy

Familia y discográfica de la cantante mantienen viva su "marca" con polémica.

Mariángel Calderón

Lunes 23 de julio de 2012

Mientras el mundo aún estaba conmocionado por los atentados ocurridos en Noruega, en Londres Amy Winehouse regresaba a su casa tras una noche de fiesta. Luego de despedirse de su guardaespaldas, tomó una botella de alcohol y bebió, bebió, bebió hasta morir.

Este 23 de julio se cumple un año desde que la cantante británica dejó de respirar y el mundo de la música aún lamenta su prematura muerte. Sin embargo, su deceso no fue el final. Su voz permanece sonando en las radios y el recuerdo de sus fanáticos se ha inmortalizado en el barrio londinenses de Camden, donde aún llegan sus seguidores a rendirle tributo.

Fanáticos afuera de su casa

La diva del soul, la voz que revivió un movimiento y que le entregó nuevos sonidos a las generaciones más jóvenes, enmudeció, pero su padre Micht se ha encargado de mantener vivo su legado a través de una fundación y de un libro que cuenta los detalles íntimos de la cantante.

El padre de Amy, quien ha sido criticado por la opinión pública, quizás es uno de los pocos que ha ganado con la muerte de la intérprete británica. Tras sacar un libro, contando todo sobre su hija, se sometió a sesiones de espiritismo, lo que ha provocado una reacción negativa en los fanáticos, que ven en Micht a una persona que sólo busca dinero.

Pero más allá de la familia, la compañía discográfica que representaba a la cantante, editó el disco póstumo llamado "Lioness: Hidden Treasures" ("Tesoros ocultos de la leona"). Además, subió el precio de sus CD y generó una estrategia para continuar sacando réditos del fallecimiento de la cantante.

Una sobredosis accidental de alcohol terminó con la vida de Amy Winehouse, sin embargo, aún quedan grabaciones inéditas e historias por revelar. Hoy, los negocios podrían quedar de lado y la música de Amy podría volver a sonar limpia y pura, tal como no era ella.