Pedro Toledo, mago chileno de 33 años, se alista para representar a Chile en el Mundial de Magia de Italia "Flasoma Cali 2025", a desarollarse en julio. El lugar lo ganó en el Latinoamericano de Magia en Colombia, en donde se coronó como el mejor en la categoría de manipulación.
"Son 10 categorías que hay en los campeonatos latinoamericanos y solo los primeros lugares pueden asistir al mundial", explica Toledo a 24horas.cl. "Esto ha sido un giro en mi carrera", añade.
"Es una locura, porque en el mundial uno compite contra todos los magos que han ganado otros torneos a nivel internacional. Ahí se ve lo mejor de la magia. Son alrededor de 160 competidores entre todas las categorías", agrega.
Su pasión por la magia comenzó en 2008. "Un día un compañero llevó un mazo de cartas a la sala e hizo un juego. Me encantó, quedé loquísimo. Ahí empecé a ir a clases solo para mostrar juegos de magia", recuerda Pedro Toledo, quien nació y creció en Peñalolén, región Metropolitana.
Su formación fue absolutamente autodidacta, pero dice con seguridad que sus grandes maestros fueron los libros. "Me dediqué a leer, a practicar, a presentar nuevos juegos", recuerda.
"La formación de un mago es muy autodidacta, hay diferencias con otras disciplinas. La magia requiere mucho de un estilo personal. Hay escuelas, siempre recomiendo que si uno tiene la posibilidad parta con ese tipo de formación, pero en mi caso, la mayoría fue autodidacta", explica Pedro Toledo.
"La gracia de la magia, es que uno nunca termina de formarse", complementa.
Una de sus mayores inspiraciones fue el Congreso Atacamagica, que se realizaba hace una década en Atacama. "Iban diferentes magos del mundo, estaba dirigido por Luis Albornoz, un mago chileno que ha dado vueltas por el mundo", revela.
Asimismo, señala a Jean Paul Olaberry y Xavier Mortimer como sus referentes en el rubro. "También la magia francesa me ha motivado harto".
Arte de magia
Uno de los obstáculos de Pedro Toledo es el financiamiento. Actualmente impulsa una campaña para recaudar fondos y costear el viaje a Italia.
"Voy a representar al país en un espacio supergrande, tengo que costearme todo, y es un montón de plata y pasa por mí", reflexiona.
"Son los pasajes, la estadía - que son al menos 10 días-, transportar mis cosas y el costo de la inscripción al congreso. Es casi un castigo competir, pero amo hacer magia", comenta.
"Como cualquier disciplina artística en Chile, (la magia) es poco apoyada y tiene poco respaldo institucional. No hay espacio para la magia", concluye.
