Mila Correa enfrenta una larga y dura batalla contra el cáncer de mama, ya que pese a estar en remisión hace un año y medio, sigue en tratamiento, el cual mantendrá por al menos siete años porque, según explicó, la enfermedad puede volver en cualquier momento.
Tras realizar una profunda reflexión en su cuenta de Instagram, la exchica reality, de 39 años, contó a LUN que realizó la publicación porque le parece importante visibilizar las secuelas de los procedimientos. "Ojalá haya sido sólo una mastectomía y una caída de pelo, pero no ha sido así", señaló.
"Son como el principio de Alzheimer"
"Estaba almorzando y se me olvidó lo que tenía en el plato, se me olvidó por qué estaba almorzando, qué es lo que había comido. Miraba mi plato, no entendía dónde estaba, me quedé pegada mirando hacia el balcón. Llegó mi hermano, pero tampoco lo reconocí", confesó, agregando que sintió que "algo se detuvo".
Sobre la misma, reveló que toma fotografías de todo y a todos para enfrentar estos momentos, los que, según su relato, "son como el principio de Alzheimer".
"Lo hago para cuando pierda totalmente mi memoria, ver todo lo que logré hacer y también para que, cuando ya no esté en este plano terrenal, mis padres y hermanos puedan revisar mis cosas y ver todo lo que hice y así disminuyen el extrañarme", sostuvo.
Otra de las secuelas de las constantes e invasivas quimioterapias son los dolores de las articulaciones, los cuales incluso le han impedido caminar, ya que también tiene principio de osteoporosis. Además de las alergias y la resequedad.
"Tengo la posibilidad de cuidarme muchísimo y aplicarme cremas hidratantes, pero es una resequedad que no termina. Despierto y tomo un litro de agua y es como si estuviera seca. Necesito beber agua porque se me reseca todo el cuerpo, la zona íntima, los ojos, mi pelo parece una paja", agregó.
Finalmente, Mila Correa expresó que, a pesar de todo, se encuentra feliz y optimista. "Me van a ver contenta siempre, pero ya es demasiado (los dolores)", zanjó.
Ver Video
