Antes de convertirse en una de las cantantes pop del momento, Mon Laferte tuvo una breve etapa de rebeldía durante su juventud que la llevó por el mal camino, al grado de vender sustancias ilícitas en la escuela donde estudiaba.
La chilena recordó, en una entrevista con Yordi Rosado, su época estudiantil, su nulo gusto por estudiar y la etapa en la que se dedicaba a vender marihuana a sus compañeras de liceo.
Según relató, al entrar al establecimiento "quería darse a respetar", pues el ambiente un tanto territorial y así se volvió amiga de la "peor" alumna de su curso y fue ella quien le ofreció iniciar como "dealer", al principio solo hacía de delivery y a cambio pedía una pequeña parte de las ganancias.
En la entrevista, Mon señaló que "era una estudiante extremadamente desordenada", pero que cuando dejó los estudios -antes de terminar cuarto medio- fue para dedicarse de lleno a la música.
Reconoció que encontró su lugar en el mundo artístico cuando participó en su primer trabajo en un campaña política para una diputada, “no podía creer que me iban a contratar para trabajar, en la escuela me está yendo horrible y solo voy a pelearme y vender mota, no tengo nada más que hacer ahí, encontré la música y me fui a trabajar”, contó y agregó que "la música me salvó de las adicciones".
En este sentido, dijo que el dinero obtenido era utilizado para apoyar en los gastos del hogar: le entregaba el efectivo a su mamá y ella lo distribuía en la compra de víveres y pagos de servicios.
Finalmente, la cantante dijo con nostalgia que el momento en el que se dio cuenta que quería convertirse en cantante fue a sus nueve años durante un festival escolar donde realizó una audición para obtener un espacio sobre el escenario.
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