Una jornada memorable para la música chilena se vivió el sábado 17 de noviembre en la tercera versión de la Cumbre del Rock Chileno.
En más de 13 horas de show, el público pudo empaparse del los acordes de una parte de lo más destacado de la escena nacional, con un sonido y organización de los escenarios que funcionó impecable.
Más allá de la falta de guitarras, las aproximadamente 30 mil personas que resintieron el calor y la falta de agua, agradecieron la posibilidad de ver en vivo una parte de lo más selecto de la música nacional.
Sin embargo, para mucha gente, el gran ausente de la jornada fue precisamente el ROCK, con un cartel que inclinó la balanza hacia el pop, hecho que hizo ausentarse definitivamente al los amantes de las guitarras más duras del evento.
El concepto del conclave para este año fue "la nueva generación", por ello la interrogante al analizar el cartel surge de inmediato, ¿acaso la nueva camada de músicos nacionales no tiene rock? La respuesta, lógicamente, es negativa.
Existe un puñado de artistas que por condiciones y lo que vienen demostrado -tal vez- pudieron ser considerados: Nuclear, La Mala Senda, Prefiero Fernández, EQZ, Fahrenheit y Tabernarios, por ejemplo, forman parte del un largo etcétera que también pudo estar presente.
A algunas bandas rockeras se le ofreció ser parte del concurso "la banda de la gente" que finalmente llevó a escenario a Voodoo Zombie, pero algunos no estuvieron de acuerdo en participar por considerar que su trabajo era lo suficientemente meritorio como para formar parte del gran del evento.
No se trata de superponer un estilo sobre otro, sino de establecer un equilibrio que el público siempre agradece.
Con todo, más allá de la falta de guitarras, las aproximadamente 30 mil personas que resintieron el calor y la falta de agua en el Parque Bicentenario de Cerrillos, agradecieron la posibilidad de ver en vivo, en una sola instancia, una parte de lo más selecto de la música nacional.
