Su vida nunca ha sido fácil. Dejó la escuela para buscar trabajo y alimentar a su familia. Pero terminó viviendo debajo de un puente en Ciudad del Cabo, en Sudáfrcia.
Alen Abrahams se ganaba la vida como cuidador de autos. Pero para mejorar sus ingresos y diferenciarse de la competencia, comenzó a cantar y preparar coreografías para sus “clientes”.
De ese modo, conseguía que los conductores se bajaran del auto con una sonrisa en la boca y se aseguraba una buena paga. En un buen día, Abrahams conseguía más de veinte dólares en propinas.
Pero de la noche a la mañana y gracias a las redes sociales, Alen Abrahams ha pasado de estacionar autos en las calles, a firmar un contrato para grabar un disco. Todo gracias a un video en Youtube, grabado por una de sus clientes. A las semanas de publicar su canción, miles de personas habían visto el talento de Alen Abrahams.
El cantante sudafricano dará su primer concierto en Ciudad del Cabo el próximo 22 de marzo.