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"Ecce Oro"

La fama de la desastrosa restauración de Cecilia Giménez traspasa fronteras.

Felipe Moreno

Viernes 5 de octubre de 2012

Cuando intentó restaurar el "Ecce Homo" –una imagen de la pasión de Cristo- pintado a principios del siglo XX en un muro de la iglesia de su pueblo, Cecilia Giménez nunca pensó que se convertiría en un personaje de auténtica talla mundial.

Y mucho menos se le pasó por la imaginación que destrozar la obra del pintor Elías García Martínez convertiría a su región en una auténtica mina de oro.

Si Cecilia Giménez tiene la curiosidad de teclear su nombre en Google, se sorprenderá al comprobar que tiene más de 4,6 millones de menciones en casi un mes y medio, ya que su bienintencionado intento -que derivó en fiasco- vio la luz el pasado 22 de agosto.

Su altruista acción ha provocado risas, burlas y compasión a nivel mundial. Pero no todo son malas noticias para la octogenaria restauradora, ya que su imagen se ha convertido en una fuente inagotable de recursos para la iglesia, el pueblo (Borja), la provincia (Zaragoza) y la región (Aragón).

Es un caso único y sin antecedentes en la jurisprudencia española. Por ello, Antonio Carreras Rivera, abogado de Giménez, señala que el asunto es complejo, ya que no se sabe ahora quién es el autor de la obra y quién es el dueño de sus derechos, si los herederos del artista original o la restauradora.

Borja ha visto multiplicada hasta en tres veces su población flotante, llegando a las 30 mil visitas por día. La entrada para ver la obra tiene un costo de un dólar, además de que las hosterías y hostales han copado prácticamente sus reservas en el último mes.

Ya en septiembre, el pequeño negocio familiar Bodegas Ruberte, a seis kilómetros de Borja, lanzó una edición especial de 5.000 botellas de vino de garnacha, cosecha del 2011, con la imagen del "Ecce Homo" en la etiqueta. Por si acaso, la gerente de la empresa asegura que se trata de una imagen "redibujada".

Cuestan unos US$12 dólares por unidad. Hasta ahora han vendido 800 botellas y destinarán dos euros de cada venta (US$2,60) a lo que Cecilia Giménez y la Fundación Sancti Spiritus, propietarios de la iglesia donde se encuentra la famosa obra, creen conveniente.

Carreras cree que un porcentaje de las múltiples ganancias que se están obteniendo con la imagen deberían ir a esta fundación. Pero curiosamente no pide nada para su clienta, ya que asegura quie a ella “no le interesa lucrar con su obra”.