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El autor del manual sísmico para extranjeros: "El humor es nuestra forma de denuncia"

Mauricio Paredes conversó con 24horas.cl en donde dejó claro su pasión por la literatura y como esta coyuntura, como lo es Copa América y las redes sociales, ayudan a fomentar el interés por los distintos tipos de lectura.

Sebastian Marchant

Martes 9 de junio de 2015

Durante la semana pasada, muchos usuarios de redes sociales comenzaron a comentar un divertido manual que ayudaba a extranjeros a entender cómo reaccionar ante un movimiento telúrico en nuestro país.

Ad portas del comienzo de una nueva versión de la Copa América, este tipo de virales que se han tomado la web se han multiplicado, producto del gran interés que se vive en torno a este certamen continental.

Y entre los que quisieron dejar la huella en este particular fecha está Mauricio Paredes, quien está detrás de esta guía para los terremotos que detalla cómo reaccionamos los chilenos en una situación así.

Escritor por pasión e ingeniero civil eléctrico por profesión, Mauricio popularizó este manual gracias a la gran repercusión que tuvo particularmente en Facebook y accedió a responder preguntas de 24horas.cl sobre su éxito en redes sociales.

Copa América Chile 2015: Manual sísmico para extranjeros.→ En caso de movimiento telúrico, lo primero que debe hacer...

Posted by Mauricio Paredes on Viernes, 5 de junio de 2015

-¿Cómo nació la idea de hacer este manual? ¿Fue copia de algo que hayas visto antes o nació para esta fecha particular?

Soy escritor de libros infantiles y una de las mejores maneras de motivar a los niños a leer es a través del humor. Además, a todos nos gusta reír, ¿cierto? Por otro lado, amo a mi país, me encanta ser chileno. Sé que tenemos defectos, pero hay montones de cosas buenas de nosotros mismos, que muchas veces ni siquiera nos damos cuenta. Finalmente, me fascina el fútbol. Sería increíble que Alexis Sánchez fuese mi primo o algo así. ¿Uno puede adoptar a alguien como primo? En mi sitio web www.mauricioparedes.com se pueden conocer mis libros, en donde el humor, la ironía y el absurdo están muy presentes. Por ejemplo, en mi libro «Cómo domesticar a tus papás» el puro título ya pone nerviosos a los profesores y apoderados. Más aún cuando leen que hay capítulos llamados "Muerte", "Sexo" y "Caca". Lo mismo ha ocurrido con «¡Ay, cuánto me quiero!», acerca de un niño que se ama tanto, que felicita a sus papás por haberlo tenido a él y se llama por teléfono para conversar con sí mismo. Esta obra me llena de orgullo, porque se ha ido convirtiendo en un clásico contemporáneo, ya que los niños gozan leyéndolo... y muchos papás también. Yo escribo por placer y me gusta que me lean por la misma razón, pero si hay otras consecuencias positivas, ¡mejor aún! Profesores, psicólogos y psicopedagogos me han contado que «¡Ay, cuánto me quiero!» les ha servido para trabajar autoestima e incluso bullying. De hecho ya está la segunda parte: «¡Ay, cuánto me vuelvo a querer!».

El manual surgió de mi experiencia como chileno, con dos terremotos brígidos en el cuerpo. En particular, para el 27F justo había un montón de extranjeros en un Congreso Internacional de Literatura Infantil. A mí me tocaba dar mi conferencia el mismo 27F en la tarde, en el Museo Histórico Nacional. Y claro, no hubo conferencia porque el museo se hizo bolsa, pero gracias a Dios a ningún extranjero le pasó nada. Eso sí, varios no quisieron volver nunca más a Chile, lo cual es comprensible (y prometo que no fue mi culpa el manso terremoto, ¿o sí?).

 

 

- ¿Pensaste que tendría la repercusión que logró, en especial en Facebook?

Sé que tengo talento para escribir. Decir eso de manera tan abierta acarrea un problema propio de los chilenos: el chaqueteo. Más aún si menciono que soy el autor de literatura infantil que más libros vende en Chile y uno de los poquísimos escritores que puede vivir de su trabajo. En mi página de Facebook publico cosas divertidas que se me ocurren y también artículos acerca de la importancia de la lectura y cómo enganchar a los niños con los libros. Incluso hay personajes inventados, algo así como alter egos. Uno de ellos es Dalinchi (mezcla de Dalí con Da Vinci) un gurú aficionado adicto a las teleseries turcas que intenta sacar adelante su "sexta" religiosa (porque las cinco primeras fueron un fracaso). Entonces, sí pensaba que algún escrito mío podía hacerse viral. Un artista muchas veces refleja el sentir de la gente, un comentario que recibo a menudo es: "Escribiste justo lo que yo quería decir". Eso tiene que ver con la sensibilidad estética y social, pero más que nada fue un cueazo.

 

- Con el resultado que hubo en redes sociales y la repercusión que tuvo en los medios de comunicación: ¿somos los chilenos más propensos a valorar lo que aparece en redes sociales respecto a una conversación, por ejemplo?

Creo que nada reemplaza el valor de una conversación cara a cara. Nada como un cafecito o un happy hour bien conversado. O un cuchicheo en la cocina o una rallada de papa en el recreo. Pero los chilenos somos tímidos (bueno, no todos, pero hartos), entonces veo que en las redes sociales a la gallada se les sueltan las trenzas, lo cual me parece delicado y peligroso. Ya no leo los comentarios acerca de las noticias, porque al tercer o cuarto post empiezan las descalificaciones y se van en volá. Creo que una regla básica es no poner nada en Internet que no te atreverías a decir en persona. Es importante tener presente que, en todo este cuento de las redes sociales, todavía somos niños de pecho y aún no sabemos manejarlas con responsabilidad. Como autor, sé que la propiedad intelectual sobre un texto es irrenunciable. Esto juega para los dos lados: 1) Aunque sea de dominio público y todos lo puedan compartir, es importante citar la fuente y pedir autorización si uno lo quiere modificar. 2) Uno debe hacerse cargo de lo que escribe. Si mete las patas, hay que apechugar y no hacerse el de las chacras. De hecho, escribí un libro para orientar a niños y sus padres acerca de los beneficios y riesgos de Internet. Fue gracias a VTR y lo pueden leer y descargar gratis (gratis sí que es muy barato) en: www.LasAventurasDeVenturio.cl

 

- ¿Hubo alguna segunda intención (no necesariamente mala) al escribir este manual?

Siempre que escribo creo que tengo segundas, terceras y milésimas intenciones, aunque ni yo mismo me dé cuenta. Como decía, escribo por el puro placer, pero uno lleva una historia de vida y una visión del mundo que es innegable. En mis libros de Bartolo está muy presente nuestra naturaleza: Los Andes, las Torres del Paine, los bosques del sur... y pronto el desierto florido (esa es una primicia, pero shhh... piola). En este caso quería mostrar una cualidad que me conmueve de todos los chilenos: nos unimos como nadie frente a la adversidad. Y otra: somos capaces de reírnos hasta de nuestras peores desgracias. Esas son grandes virtudes. Y nos pasa como cuando pelamos a nuestras propias familias. Uno puede decir: "Me carga mi familia por esto y por lo otro", pero si llega alguien y dice: "Sí, en verdad tu familia es medio penca" ahí saltamos al tiro: "¡Qué te pasa con mi familia, CTM!". Los chilenos somos sismógrafos con patas. Y me refiero a los movimientos telúricos, en donde hay un momento preciso (tipo grado 5,3) en donde nos enderezamos como suricatas o conejos parando la oreja; pero también somos excelentes indicadores de la coyuntura. Queda una ñoña o alguien se manda un condoro y al tiro tienes las tallas, memes o frases célebres. El humor es nuestra forma de denuncia y de resolución de conflictos. Desde el perro del vecino que se hace caca en mi puerta hasta la reconciliación nacional.

 

- ¿Son las redes sociales el mejor camino para que alguien pueda obtener reconocimiento y el espacio que otros medios no otorgan?

​La literatura infantil y juvenil es el hermano chico y el patito feo de la supuesta "gran literatura". Eso me parece de una tontera supina, ya que los libros que nos marcan en la vida son los primeros que leemos (para bien o para mal). Me apena ver que casi no hay espacio en la prensa y mucho menos en la tele para hablar de literatura para niños. Antes, en el colegio, muchas veces teníamos que leer libros espantosamente fomes. Eso está cambiando y estoy seguro de que es algo que al público general le interesa mucho. Todos quieren que sus hijos sean buenos lectores, pero muchos, muchísimos no saben cómo lograrlo. Así es como las redes sociales son un excelente medio para darse a conocer y apoyar a otros artistas emergentes. ¿Qué tal si el matinal de TVN tuviese 5 minutos de recomendaciones de libros y consejos prácticos para que los papás estimulen el placer de leer? Buena, ¿cierto? Como dicen en las redes sociales (citando a los Simpsons): "Lo dejo por aquí y me retiro silenciosamente a seguir tecleando en mi máquina de escribir invisible".