El universo de Harry Potter siempre nos está entregando novedades.
Ese mundo mágico creado por la escritora J.K. Rowling nos debía una historia poco comprendida: el odio de sus tíos a Harry Potter.
El dotado heredero de Lily y James Potter nunca fue querido por su adoptiva familia, quienes se hicieron cargo del mago tras la muerte de sus padres.
El caso de este resentimiento se remonta antes del nacimiento del pequeño Potter, el que fue explicado por Rowling.
Según detalla la escritora una serie de envidias hicieron caer la relación de las familias.
Petunia y Vernon Dursley quisieron contar su noviazgo a Lily y James, por lo que se reunieron en un restaurante a cenar. La tensa conversación entre Vernon, un muggle común y James, el afamado mago, subió de tono y comenzaron a hablar pesadeces uno del otro.
La charla acabó cuando Vernon le preguntó a Potter qué auto conducía, a lo que el mago afirmó un tajante "una escoba".
Otra de las cosas que salieron a flote en esa cena, la que contó J.K. Rowling a Pottermore, fue que la pareja de magos abandonó el restaurant con "Lily echándose a llorar y James (un poco avergonzado de sí mismo) comprometido a arreglar las cosas con Vernon lo antes posible".
Sin embargo, eso no ocurrió y los familiares sólo volvieron a saber el uno del otro cuando Lily anunció su embarazo.
Ahora, la enemistad de los Dorsley con Harry Potter sería por el excesivo parecido del niño y James Potter.
"El desagrado del tío Vernon hacia Harry está provocado, en parte, como le ocurre a Severus Snape, por el gran parecido de Harry con su padre", explica la escritora.
Mira una de las escenas más recordadas de "Harry Potter y la Piedra Filosofal":