A muchos les llamó la atención lo pequeño del ramo que usó Meghan Markle el día de su boda, en la que contrajo matrimonio con el Príncipe Harry en la capilla St George de Windson, sin embargo, el sencillo arreglo tenía una historia detrás.
Según revelaron medios británicos, fue el mismo Harry quien cortó las flores del jardín privado del palacio de Kensigton, lugar donde residió oficialmente Lady Di hasta el día de su muerte, además entre ellas estaba la flor favorita de la Princesa de Gales, Nomeolvides, también conocida como la flor del amante eterno.
El ramo que fue elaborado por Philippa Craddock tenía jazmín, astilbe, astrania y lirios del valle, una flor que llevaba Diana en su ramo el día de su boda y que también llevó su cuñada Kate Middleton hace siete años cuando se casó con el Príncipe William.
Tras la boda el ramo terminó sobre la tumba del soldado desconocido que está en la Abadía de Westminster como ofrenda. Esta tradición inició con la reina Isabel I, quien dejó su ramo en homenaje a su hermano Fergus, asesinado en 1915 en la Batalla de Loos en la Primera Guerra Mundial.
