La periodista Lenore Skenazy es mundialmente conocida, pero quizás no tanto por su obra, sino que por la extrema libertad que deja a su hijo, de tan solo 9 años.
En 2009, la profesional le entregó a su hijo un mapa, dinero extra y monedas para hablar por teléfono antes de enviarlo a viajar sin compañía por el Metro de Nueva York, algo que le significó el repudio de gran parte de la sociedad estadounidense y, de paso, el apodo de la "peor madre de EE.UU.".
Este hecho hizo que Skenazy se preguntara qué tan sobreprotectora era la sociedad, lo que le permitió escribir el libro "Free Range Kids" "("Niños sin barreras"), así como un blog en que ayuda a los padres a entender a sus hijos y el cómo hacerlos más independientes.
La periodista, que dirige el programa "La peor mamá del mundo" del canal Discovery habló con el periódico español Abc y contó su experiencia, la que calificó como extraordinaria.
Según afirmó, la decisión de dejar a su hijo sólo en el metro "fue idea de él. Llevaba tiempo pidiéndomelo. Quería que lo lleváramos a un lugar donde nunca hubiera estado y le dejáramos que encontrase él mismo el camino de vuelta a casa", dijo la también escritora.
Sobre el apelativo con el que se hizo conocida, Skenazy afirma que se sintió sorprendida al comienzo: "No podía creer que todo el país, y más tarde el mundo, estuviesen criticando mi forma de educar a mi hijo. Pero luego empecé a pensar en ello como un honor", pero aclara que ahora, a los 15 años, su hijo Izzy es un chico feliz, "le sigue encantando hacer cosas por su cuenta. Los fines de semana coge un autobús y se va a una montaña cercana para pasar el día haciendo snowboard".
SOBREPROTECCIÓN
Estar atentos a cualquier cosa que pueda pasarles, o no dormir pensando en peligros para nuestros hijos en una constante en padres sobreprotectores. Según la llamada "Peor madre del mundo", este hecho está relacionado con la propia infancia de los padres y con los medios.
"Preguntarnos cómo nos sentiríamos si nuestros hijos murieran es una forma histérica de pensar en las actividades cotidianas, como por ejemplo ir caminando al colegio. Es una manera de pensar que nos han inculcado los medios de comunicación que nos dicen que mantengamos a salvo a los hijos, como si tuviésemos que estar pensando todo el tiempo en secuestros y asesinatos, (...) la mejor manera de empezar a combatir este tipo de lavado de cerebro es apagar la televisión", afirma Skenazy.
Para lograrlo la periodista y blogUera nos pide que pensemos en nosotros mismos, en cómo nos veíamos cuando fuimos más felices: "piense en los momentos más alegres de su infancia, en el momento en que se sintió en la cima del mundo, tan orgullosa, tan feliz. Ese es el fundamento de quien es usted hoy día. ¿Estaba su madre justo a su lado? Probablemente, no. ¿Por qué estamos eliminando las experiencias más educativas, más importantes, para la formación del carácter de las vidas de nuestros hijos?", reafirma.