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Las duras medidas de seguridad "antiterrorista" que se tomarán en boda de Harry y Meghan

Se espera que más de cien mil fanáticos lleguen a Windsor para ver a los novios, los que podrán ser revisados al azar, para evitar así cualquier tipo de amenaza.

Agencia Reuters

© Reuters

Miércoles 11 de abril de 2018

Cuando más de 100.000 fanáticos de la realeza se reúnan para la boda del príncipe Harry y Meghan Markle el próximo mes, la policía británica estará tratando a cada uno de ellos como un potencial terrorista, bromista, o como alguien obsesionado con la familia real.

Barreras para evitar ataques con vehículos, patrullas armadas y seguridad al estilo de los aeropuertos estarán entre las medidas empleadas en la que será una de las mayores operaciones policiales que haya presenciado el pintoresco pueblo de Windsor.

"Es un verdadero desafío", dijo Bob Broadhurst, un ex oficial de policía que estuvo a cargo del operativo para la boda de 2011 del príncipe William y Kate.

"Es imposible buscar entre decenas de miles de personas que recorren las calles, cualquiera de las cuales podría ser un potencial terrorista, o alguien que esté obsesionado con la familia real, y hay muchos de esos, o alguien que sólo quiere llamar la atención", señaló. "Es un fuerte desafío porque esencialmente todos en esa multitud son potenciales terroristas".

Harry y Meghan se casarán el 19 de mayo en la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor, la residencia de la reina Isabel, a unos 30 kilómetros al oeste de Londres.

"En las próximas semanas y meses los residentes, comerciantes locales y visitantes podrán ver un aumento de la presencia policial, con oficiales armados y desarmados, perros de búsqueda, policía montada, patrullas camineras y el Servicio Nacional de Policía Aérea", dijo la policía en una declaración.

Los visitantes que lleguen en vehículos y tren por el día tendrán que enfrentar revisiones al azar y "cualquier ítem que pueda presentar un riesgo para el público será retirado", añadió.

El gran enigma para la policía será garantizar que la seguridad no eclipse el evento, dijo Broadhurst, que también estuvo a cargo de la vigilancia de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la boda del padre de Harry, el príncipe Carlos, con su segunda esposa Camila en Windsor en 2005.