En abril próximo se espera el nacimiento del tercer hijo de los duques de Cambridge, Kate y William, los que ya tienen a los príncipes George (4) y Charlotte (2).
Los embarazos de Kate no han sido fáciles, ya que padece de "hiperémesis gravídica", una condición que aumenta las náuseas y vómitos durante los primeros tres meses de la gestación y que complica el estado de salud de la futura madre.
Por lo mismo, sólo luego de cumplir las 12 semanas de embarazo, Kate Middleton retomó sus actividades oficiales y por estos días se le ha visto en varios actos, en los que ha lucido su ya notorio abdomen.
Y aunque sólo le restan semanas para tener en brazos al nuevo retoño, aún debe cumplir una serie de normas impuestas por la realeza.
Por ejemplo, la Reina Isabel II tiene que ser la primera en conocer al nuevo miembro de la familia. De hecho, lo habitual es que el anuncio del nacimiento se haga desde el Palacio de Buckingham, aunque con la llegada de George no cumplieron esta norma y lo hicieron a través de Twitter.
Lo que sí se mantiene es que el anuncio lo haga el portavoz oficial de la monarca, Tony Appleton, quien lee en voz alta el comunicado del palacio de Buckingham a las puertas del mismo. Esta costumbre se remonta desde la Edad Media, cuando la gente aún no sabía ni leer ni escribir.
Otra tradición que se intentó mantener es que los hijos de la realeza nacieran en las residencias y no en clínicas u hospitales. La primera en romper esta norma fue la princesa Diana, quien prefirió tener a sus hijos en el hospital St. Mary.
Y, aunque Kate tuvo a sus dos primeros hijos en recintos asistenciales, el tercero nacería en el palacio de Kensington, residencia de los duques.
Lo que no cambiará, hasta el momento, es que los hombres no pueden estar presente en el momento del parto, situación que mantendría alejado a William.
