Los temores de las madres que sufren por la adicción que sus jóvenes hijos a los videojuegos y la Internet podrían tener fundamento. Un psicólogo estadounidense sostiene que los hombres que pasan demasiado tiempo jugando con sus consolas o viendo contenidos para adultos en Internet podrían estar causándose más daño del que ellos mismos imaginan. Es más, podrían estar iniciando la "extinción" de los hombres.
Philip Zimbardo, profesor de la Universidad de Stanford, asegura que el uso excesivo de los videojuegos y la pornografía online están creando una "generación de hombres inadaptados", que crecen con una "adicción a la excitación" que les impedirá en el futuro relacionarse con normalidad y establecer relaciones sanas en el mundo real.
Los jóvenes, dice Zimbardo, crecen así sin la necesidad de ser "animales sociales" y se aíslan "gastando gran cantidad de las horas del día en un mundo digital, de jugar videojuegos, ver pornografía, ver videos de YouTube, escribir mensajes de texto y ver deportes en su computador, cosas que hacen la mayor parte del tiempo solos".
El profesor, de 79 años, co-escribió un libro en que explica cómo los jóvenes están siendo "digitalmente recableados" para requerir permanente estimulación, cuestión que los está llevando a su "extinción".
"El uso excesivo de los videojuegos y la pornografía en línea en busca de la próxima situación estimulante están creando una generación de hombres con aversión al riesgo, que no pueden (y no quieren) navegar en las complejidades y riesgos inherentes de la vida real, de las relaciones cara a cara, de la escuela y del trabajo", explica Zimbardo.
El psicólogo cita, además, un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, que llegó a la conclusión que los consumidores regulares de pornografía son más propensos a tener depresión y mala salud física.
Zimbardo también alude a una investigación contenida en el Informe Anual de Salud Pública, que sugiere una relación entre los videojuegos violentos y las conductas agresivas en la vida real.
Esta dependencia de la estimulación digital "puede transformarse en un substituto de las saludables interacciones sociales y sexuales", publica Daily Mail.