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Primer vuelo sobre los géiseres del Tatio con drones

Un equipo de fotógrafos chilenos obtuvo las primeras imágenes de los géiseres captadas por multirotores manejados a distancia.

Agustín Benaprés

Martes 23 de julio de 2013

Unas espectaculares imágenes aéreas de los géiseres del Tatio convirtieron a un grupo de chilenos en el primer equipo de fotografía aérea en obtener tomas de este atractivo natural de la Región de Antofagasta utilizando vehículos no tripulados o "multirotores".

Primer vuelo sobre los géiseres del Tatio con droide

Primer vuelo sobre los géiseres del Tatio con droide

Un grupo de chilenos hizo esta maniobra con un vehículo no tripulado convirtiéndose en la única vez en que se realizado con éxito esta operación.

 

El grupo, que pertenece a X-Cam, una empresa chilena de fotografía y video aéreo, también logró otra marca: el primer sobrevuelo sobre el observatorio astronómico ALMA, a más de 5.500 metros sobre el nivel del mar.

 

El fotógrafo Ariel Marinkovic contó a 24Horas.cl que "las imágenes son las primeras aéreas obtenidas del observatorio ALMA en funcionamiento con casi la totalidad de sus antenas instaladas y operativas (58 de 64)".

"No existen vuelos con equipos aéreos radiocontrolados de este tipo (Multirotores) a estas alturas", explicó.

El grupo espera realizar un nuevo viaje a San Pedro de Atacama, ahora para captar imágenes en video.

"Estamos esperando para mediados de agosto, fecha en la que tendremos confirmación de Récord Guinness, sobre el haber roto el récord de vuelo en altura con multirotores", explica Marinkovic.

Para ver más sobre ALMA, ingresa a esta nota de 24Horas.cl en el observatorio: pincha aquí

 

RELATO DE LA EXPERIENCIA SOBRE ALMA

"Volando al ALMA" se llama la crónica que escribió Ariel Marinkovic sobre la experiencia vivida en el observatorio astronómico ALMA.

Aquí les dejamos un extracto de ella:

El Sol despunta sobre la planicie de Chajnantor, a más de 5000 metros de altura en la Cordillera de los Andes y hay apenas unos 3°C. En la nieve un pequeño y radiocontrolado insecto de fibra de carbono se yergue entre las casi 60 antenas que componen el Radio-Telescopio ALMA (“Atacama Large Millimeter/submillimeter Array”); el proyecto astronómico más grande del mundo, ubicado en la región de Antofagasta, Chile. Lo que busca aquí el pequeño bicho es hacer la primera fotografía aérea del observatorio ya operativo… E intentar romper el Record Guinness de vuelo en altura con multirotores.

La pregunta “¿Volará?” nos viene persiguiendo desde los 475 metros de altura de Santiago, 1600 kilómetros más al sur, donde con el equipo de X-Cam, decidimos intentar despegar en Chajnantor, uno de los lugares de más difícil acceso del planeta. No es gratuito que nadie haya volado aquí, antes. A mayor altura el aire es menos denso y las hélices pierden sustentación. Además, la falta de oxígeno de la altura obliga a aclimatarse u oxigenarse artificialmente, so pena de “irse a negro” durante el vuelo…

Los programas de cálculo que se usan para montar estos equipos aseguran que no será posible despegar… y lo mismo nos ha advertido la mayoría de aeromodelistas en diversos blogs a lo largo del mundo: “Desplace su multirotor 3000 metros más abajo” repiten, mientras cruzan apuestas sobre el intento. Nosotros apostamos a nuestras modificaciones técnicas y a la naturaleza; en un viaje anterior grabé en los géiseres del Tatio a 4200 msnm y vi gaviotas en el lugar. “La naturaleza es lenta pero no tonta”, pensé. Un ave no volará donde tenga que ocupar un 90% más de energía, sólo para comer un plato distinto... espero.

Entretanto, las luces del hexacóptero titilan rápido, avisando que el equipo ya se posicionó satelitalmente y que memorizó esa posición como “Home”. Si por alguna razón el insecto perdiera contacto con la radio, entraría en modalidad de “Failsafe” volando en piloto automático a aterrizar en el mismo punto donde despegó. Una de las docenas de medidas básicas de seguridad que previamente coordinamos con ALMA.

Finalmente, tras una última revisión, las hélices giran; el bicho vibra, acelera y su zumbido comienza a destacar sobre el viento. De pronto, el hexacóptero salta en el aire y comienza el primer vuelo registrado de un multirotor a más de 5000 msnm, remontando la altura majestuosamente… como un gigantesco zancudo auspiciado por alguna marca de cámaras deportivas. La radio indica que la temperatura de los motores es de 3°C y el voltaje se mantiene estable.

En las capas más altas el viento sopla a rachas, arrastrando al equipo y haciéndolo perder estabilidad, obligándonos a mantener la concentración a tope. Mantener la vista fija en un zancudo poco más grande que una bandeja, contra el Sol, con una sensación térmica en los dedos de unos 4°C, y volándolo sobre un radio-telescopio de decenas de millones de dólares, no es precisamente relajante y casi se agradece cuando las baterías avisan que ya estamos cerca del límite de vuelo. Han pasado 4.5 minutos, cuando casi sin darnos cuenta lo recibimos en la mano. 5 minutos menos de vuelo que en Santiago.

Recién en ese momento nos dimos cuenta de que acabábamos de romper el record de vuelo en altura con multirotores. De haber tenido oxígeno extra, hubiéramos gritado de gusto. Ahora sólo quedaba recoger el equipo y las latas de oxígeno que vaciamos durante el vuelo, para comenzar a planificar el vuelo de mañana. ¿La meta? Superar los 200 metros de altura en Chajnantor. Por cierto, para los antiguos Lican Antai, los  habitantes de estas zonas, Chajnantor significaba “Lugar de Despegue”. Desde hoy, para nosotros el nombre fue validado  ¡y con buenas fotos para refrendarlo!

Agradecimientos al departamento de prensa de ALMA.