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El bombo y el chinchín se niegan a desaparecer

En esta crónica te contamos de familias que cultivan antiguas tradiciones que cada año reaparecen con más fuerza en Septiembre.

Erwin Acevedo

Domingo 9 de septiembre de 2012

Recorren plazas y calles de las ciudades de todo el país. Hace más de ocho décadas, el clan Casanova ha cultivado la tradición del chinchinero. Ya son cuatro generaciones las que al ritmo del chinchín y los platillos reviven este personaje tan popular chileno.

Nicolás con 5 años es el más pequeño de esta familia chinchinera. A su corta edad, con cada movimiento y acrobacia se convierte en el centro de las miradas.

Pero no es el único rey del espectáculo. Cada vez que este organillero gira su manivela, el loro Matías rinde tributo a nuestro baile patrio.

Gran aporte cultural de esta familia y es por eso que el ministerio de Desarrollo Social y el Fosis  los premiaron con ocho chinchines para que así puedan seguir difundiendo aún más este arte popular.

Otro clan dedicado a rescatar las tradiciones en estas fiestas patrias es un particular grupo folclórico que hace 5 años se dedica a esta actividad.

Son 18 amigos y familiares de San Bernardo que decidieron unirse en la cruzada de difundir la música campesina por cada rincón capitalino, mezclando baile, canto y harta picardía.

Familias que ya se preparan con fuerza para estos festejos. Con esmero quieren demostrar lo importante que es recuperar y mantener vivas por siempre estas tradiciones nacionales.