Investigaciones han descubierto que distintos animales tienen la capacidad de usar sus sistemas sensoriales con el fin de recorrer grandes distancias. Las hormigas del desierto utilizan señales ambientales olfativas, las abejas podrían recordar las rutas a los sitios de alimentación cuando se exponen al olor de ese lugar, mientras que las aves utilizarían el sol y las estrellas para movilizarse,escribe Jacqueline Boyd para The Conversation.
Murciélagos, aves y mamíferos marinos también pueden identificar la ubicación y los viajes con la ayuda del infrasonido.
Pero, ¿cómo encuentran los perros sus casas?
En muchas ocasiones, se han animales que se pierden o son robados y mucho tiempo después regresan a sus hogares causando sorpresa y alegría en sus amos. Y es probable que muchos animales, incluyendo los perros, naveguen usando una integración de muchos sistemas internos y externos mencionados anteriormente. Los canes, además, tienen una motivación reforzada por las recompensas, lo que provoca su deseo de regresar.
Curiosamente, la evidencia reciente de que los perros y algunos primates poseen una molécula asociada con la magnetorecepción, es decir, la capacidad de detectar un campo magnético, podría explicar con más detalle el regreso de los perros.
Esta molécula está aparentemente presente en las células del cono retiniano de una gama de otras especies también, incluyendo canes, zorros, lobos, osos y tejones, también se ha identificado en algunas especies de primates.
La razón de la presencia de esta molécula permanece indeterminada. Sin embargo, la identificación de criptocromo uno en los fotorreceptores de los ojos de estos mamíferos es idéntica a la ubicación de la misma molécula en aves.
Esto podría sugerir que la capacidad de responder a la información de posición magnética se mantiene en las aves y algunos mamíferos. De hecho, conduce a la sugerencia de que los perros podrían incluso defecar en respuesta al campo magnético de la tierra.