Una historia de amistad y amor en el mundo animal ha conquistado los corazones en redes sociales.
La relación está protagonizada por un perro llamado Max, que se ha convertido en el compañero y cuidador de un pequeño gato llamado Ralphee, que sufre un trastorno neurológico conocido como "hipoplasia cerebelosa felina".
Producto de su discapacidad, Ralphee tiene problemas para controlar la motricidad fina, y gran parte de sus movimientos corporales en general, aunque la ganas de divertirse y explorar el mundo no son restadas por su enfermedad.
La adorable pareja compuesta por el pequeño gato y Max, su fiel compañero, ha demostrado que la amistad sí puede existir entre estas dos razas. Revisa una de las escenas cotidianas de estas mascotas pasando un buen rato en el patio, y que ya ha recibido más de 1 millón de visitas en YouTube.
Imagen: reproducción / YouTube