Últimamente son varios los casos reportados en los que las especies se han visto gravemente afectadas por el comportamiento de las personas. Sin embargo, aún quedan algunas excepciones en las que se revelan las conductas de generosidad.
Un grupo de bañistas socorrió a una tortuga marina que llegó en complejas condiciones hasta una concurrida playa de Buzios, en Brasil.
El animal atrapado entre anzuelos y redes de pesca logró salvar con vida luego que un instructor de snorkel y su amigo, en conjunto con un estudiante de veterinaria acudieran en su ayuda, removiendo los objetos que impedían su libre movimiento..
Luego de limpiar al animal y librarlo de los objetos, la tortuga fue devuelta al mar.
Esta situación contrasta con el reciente caso de un grupo de turistas que extrajeron a un delfín en una playa de Argentina para tomarse selfies, acabando con su vida tras dejarlo varios minutos fuera del agua. Evento ampliamente repudiado en las redes sociales, pero que pese a las críticas, tuvo su nueva versión en Estados Unidos con un tiburón.