Compartir una mañana con un ser querido conversando y disfrutando de la compañía del otro es un gusto que muchas veces olvidamos.
David Rosenman, un papá de Minnesota en Estados Unidos, no se dio cuenta de eso hasta que su hija le pidió que no leyera el diario ni contestara cosas en su celular mientras pasaban la mañana en una cafetería.
Pero no fue la acción de su hija, sino la de una mujer desconocida, la que más le hizo reflexionar al respecto.
Te presentamos la historia de David, y la nota de la mujer desconocida que lo emocionó, a continuación:
Dear Fellow Human Beings,This morning, at her request, I took our 9-year-old daughter to a coffee shop. She brought...
Posted by David Rosenman on domingo, 22 de noviembre de 2015
"Queridos compañeros seres humanos,
Esta mañana, por su petición, llevé a mi hija de nueve años a una cafetería. Llevó consigo un tejido a crochet; yo llevé el diario, un cuaderno y lápiz y mi teléfono. Esta sería una salida similar a las otras que hemos tenido: sentados en la misma mesa, haríamos nuestras propias cosas: ella se mantendría ocupada con algo y yo me pondría al día con correos, organizaría mi semana, trabajaría, etc.
¿Suena familiar?.
Hoy ella me hizo una solicitud adicional: "Papi, ¿puedes no leer el teléfono ni escribir ni chequear tu correo hoy?¿Podemos sólo estar juntos?". No estoy tratando de ser dramático; esa fue su pregunta.
Así que hoy estuvimos juntos. Me mostró su proyecto, le conté del día que nació. Comparamos opiniones sobre si las parejas en otras mesas estaban en "citas" (le gusta imitar a las personas en citas, apoyando su cabeza en su mano y practicando una mirada tierna). Me contó de sus amigos y sus hámsters. La vi masticar su sandwich y me derretí un poco pensando cuánto la quiero. Desearía que no hubiera debido pedirme la atención que quería y necesitaba.
Antes de irnos me levanté de la mesa para ordenar algo para su hermano. Cuando volví a la mesa había una nota frente a mi asiento. Mi hija me dijo que una mujer, antes de irse del local, había preguntado si yo era su padre y dicho que el mensaje era para mí. Miré alrededor (no había nadie) y leí las palabras. Ese mensaje anónimo fue suficiente refuerzo para mí, espero que otras personas sean guiadas por su poder.
Por favor no esperes a que tu hijo u otro ser querido te pida atención como lo hizo la mía, él o ella quizás no lo haga. No esperes que alguien te deje una nota, esa belleza es muy inusual en este mundo. Te invito a compartir el regalo de esta experiencia conmigo: escoge ser el presente hoy para alguien que amas. Si ves algo así en alguna parte, considera dejar una nota. De verdad deja una impresión. David".
La nota decía lo siguiente:
"Trabajo en una escuela donde muchas hijas no tienen padres, y aquellas que sí, nunca lo han tenido viéndolas y escuchándolas con el 100% de su atención por tanto tiempo como tú lo hiciste en una mañana de domingo. No tienes idea del regalo que le estás dando a todos los profesores que son responsables de educarla hasta que se gradúe".
Foto: Facebook / David Rosenman.