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Aseguran que la música influye en el sabor de la comida que ingerimos

Un destacado investigador de la Universidad de Oxford explica que un claro ejemplo ocurre en los bebés.

24Horas.cl TVN

Miércoles 8 de noviembre de 2017

¿Es posible que la comida sea una construcción basada en la experiencia? Así lo afirma el investigador del Instituto de Neurología Biomédica de la Universidad de Chile, Rómulo Fuentes.

Según relató el científico a Las Últimas Noticias, "es una especie de realidad virtual que se crea a partir de unos sensores que están en diferentes partes del cuerpo".

Además, Fuentes explicó que las neuronas asocian el sabor en base a las diversas experiencias que se tienen en la vida y que no necesariamente tienen vínculo con la comida. De esta manera, si en un alimento hay algo que evoca una determinada experiencia, esta se podría incrementar de manera positiva o negativa hacia dicha comida en específico.

El doctor en Sicología Experimental e investigador de la Universidad de Oxford, Charles Spence, explica que la música influye claramente en la percepción del sabor en la música. "Los sonidos agudos hacen que la comida tenga un sabor más dulce, en cambio los sonidos graves y de instrumentos de bronce, hacen que el sabor se torne más amargo. Aunque eso es algo que tiene un origen en la infancia y que probablemente tiene relación con una experiencia adquirida que se ha transmitido con la evolución", detalló.

Un ejemplo de ello, sostiene, es lo que sucede con los bebés, quienes son los primeros en realizar la vinculación entre comida y sonido. "Sacan la lengua y la dirigen hacia la nariz cuando quieren saborear algo dulce o cuando les gusta mucho un sabor. En cambio, cuando algo no les gusta o es amargo, dirigen la lengua hacia el mentón".

"Si el sonido es agudo ponen su lengua de la misma manera que lo hacen con los sabores que les agradan. Y lo mismo sucede con los sonidos más oscuros y tenebrosos", añadió.

Spence agregó que un dato curioso ocurre cuando alguien quiere usar la percepción para bajar de peso, puesto que lo mejor es comer solo y con una música de tonalidades bajas, un plato rojo y pequeño. Además, preferentemente debe utilizar cubiertos de plástico.

"De esa manera es improbable que alguien disfrute el sabor", concluyó.