Un estudio realizado por la Universidad McGill en Canadá, aseguró que varias bolsas de té contienen partículas de plástico en su interior, las cuales ingerimos al momento de beber la infusión.
Los investigadores analizaron distintas marcas y le quitaron el té de su interior, para luego limpiarlas, evitando así que interfiriera con los resultados del análizis. Posterior a ello dejaron las bolsas en agua hervida, simulando la preparación de un té.
En ese momento pudieron descubrir que las bolsas fabricadas de plástico, como las usan varias marcas, liberan miles de millones de de pequeñas partículas de plástico, que no sin visibles a simple vista.
Mediante microscopía electrónica, lograron descubrir que una bolsa de plástico expuesta a la temperatura en que preparamos el té, libera alrededor de 11.600 millones de microplásticos y 3.100 millones de nanoplásticos en el agua, siendo niveles mucho más altos que los encontrados en otros alimentos.