Su nombre es Zara Hartshorm y, aunque no lo parezca, es una adolescente de 16 años, si bien por culpa de una extraña enfermedad claramente representa muchos más años.
Zara nació en Inglaterra y genéticamente heredó la lipodistrofia de su madre, lo que ocasiona falta de elasticidad en la piel provocando que se vea arrugada, tal como vemos en imágenes. Por si fuera poco, este mal debilita, además, las articulaciones.
La vida de esta joven no ha sido nada fácil, ya que por su condición desde pequeña ha estado expuesta a la burla y las risas de sus compañeros de colegio.
Cuando el caso de Zara se dio a conocer en Estados Unidos, varios médicos quisieron ayudarla y le realizaron una cirugía de estiramiento facial, un tratamiento que se le otorgó gratuitamente. Ahora luce veinte años menos de los que aparentaba.