Un grupo de científicos de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, sugirieron que la mala oxigenación que producen los ronquidos podría volvernos menos atractivos.
Esto porque los ronquidos e interrupciones de la respiración propios de este trastornos provocarían la aparición de hinchazón y rojeces en el rostro.
Para llegar a esta conclusiones los investigadores fotografiaron a personas que sufren de apneas del sueño o dificultades para respirar con normalidad durante la noche, que habían se han tratado el trastorno y a otros que no habían recibido ningún tipo de tratamiento al respecto.
Las comparaciones fotográficas a través de una técnica de mapeo del rostro y un panel de indicadores objetivos de apariencia revelaron cambios en la fisionomía del rostro de los pacientes a lo largo del tratamiento, teniendo como resultado específico la disminución de las arrugas faciales.
Asimismo, los voluntarios determinaron que los pacientes que habían logrado conciliar el sueño son alteraciones respiratorias eran más atractivos y joviales que quienes continuaban sufriendo el trastorno.