Su letalidad fue graficada en una escena de la película Kill Bill; su protagonista Beatrix Kiddo (Uma Thurman), por su efectividad para matar, también era conocida como la "Mamba Negra".
En el filme de Quentin Tarantino también se acudió a la mala fama de la serpiente, la más letal de África, en una escena donde una de las enemigas de "La Novia", pone uno de estos ejemplares en un maletín cargado de billetes, para que cuando el receptor lo abra, se encargue de darle unas cuantas letales mordidas.
El uso de esta serpiente por parte del director no es casualidad. Con una serie de mordeduras rápidas, la mamba negra inyecta un cóctel tóxico que puede matar a un ser humano en sólo 20 minutos.
Pero su veneno podría ser tan toxico como beneficioso, ya que según publica la revista científica Nature, podría utilizarse como un analgésico más potente que la morfina, pero sin producir adicción, ni efectos secundarios en los pacientes.
El veneno contiene unos péptidos que los investigadores llaman "mambalgins" y que -inyectados en ratones- produjeron una analgesia tan fuerte como la morfina. Además, los roedores no sufrieron algunos efectos adversos comunes de la droga, como las dificultades respiratorias.
"Es importante tratar de desarrollar nuevos medicamentos que pueden tener tipos complementarios o diferentes de acción", señala Eric Lingueglia, un fisiólogo molecular del Instituto de Farmacología Molecular y Celular en Valbonne, Francia.
Otras investigaciones también han señalado que las toxinas de ciertas serpientes pueden aliviar el dolor. Esto debido a que son capaces de inhibir la producción de proteínas conocidas como canales iónicos sensibles al ácido, que se encuentran en el sistema nervioso central y periférico, y que desempeñan un papel fundamental en los estados de dolor persistente de las personas.
De una letal asesina, la mamba negra podría convertirse en una fuente de alivio para miles de personas que sufre dolores intentos, como los enfermos de cáncer terminal.