Los científicos siguen atentamente la actividad magnética del Sol que ha provocado la aparición de gigantescas manchas solares, lo que no ocurría desde 2003.
La principal estrella de nuestro sistema se encuentra en un ciclo (de unos 11 años) en el cual varía entre el mínimo y el máximo de actividad, período en el que se generan estas manchas que aparecen como más oscuras por tener una menor temperatura.
Aunque es un fenómeno normal, los científicos están en alerta debido a que están relacionadas con las erupciones solares, ya que son las que entregan la energía para que ocurran.
Por esto es que luego vemos como hay expulsiones violentas de partículas eléctricamente cargadas en la fotosfera del Sol, lo que se manifiesta con un aumento de brillo.
Son estas erupciones de las que hay que estar conciente, pues llegan a los 2.000 kilómetros por segundo y muchas veces alcanzan la Tierra. Es entonces cuando pueden vulnerar el campo magnético que cubre nuestro planeta y dañar las comunicaciones móviles, los GPS y diversos sistemas eléctricos.
Por ahora ya se han registrado dos erupciones, el pasado 19 y 22 de octubre.