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Mitos, beneficios y riesgos del novedoso método de entrenamiento de 7 minutos

Esta nueva forma de ejercitarse se ha popularizado en el último tiempo, pero el sistema no es para todos, ya que puede provocar lesiones u otros riesgos para la salud.

Javiera Salazar

© Freepik

Miércoles 14 de febrero de 2018

En 2017 se hizo público el impactante cambio físico de la cantante británica Adele, que bajó casi 70 kilos antes de los Premios Grammy. ¿Su secreto? Un cambio en su alimentación y un nuevo entrenamiento consistente en 7 minutos de actividad física intensa con algunos segundos de recuperación entre ejercicios.

Ahora, con varias aplicaciones disponibles para smartphones con rutinas de ejercicios basadas en este método, parece ser que las personas con poco tiempo para el deporte han encontrado una solución para estar en forma.

Este método se basa en el entrenamiento interválico de alta intensidad, que consiste en alternar tramos de alta intensidad, y moderada o baja intensidad, ya que según expertos es mucho mejor tolerado al dividir el ejercicio “intenso” en intervalos más cortos y dejar períodos de recuperación, que es lo que lograría mantener un sujeto realizando una actividad de alta intensidad en forma continua.

Al alternar intensidades ocurren cambios hormonales importantes que son en gran parte responsables de las adaptaciones fisiológicas y los beneficios de este tipo de entrenamiento.

Sin embargo existen mitos respecto al método de "7 minutos en el cielo", como ha llamado a este entrenamiento Peter Geracino, el preparador físico detrás del radical cambio de Adele.

1. No bastan sólo 7 minutos

Para la doctora Natalia Gattini, médico fisiatra y deportóloga de la Clinica Meds, "cada poquito cuenta, definitivamente 7 minutos es un mejor estímulo que no practicar ningún ejercicio, pero el método de 7 minutos ni se acerca a las recomendaciones mínimas de ejercicio semanales, que sugieren 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad vigorosa o una combinación de ambas semanalmente. Con 7 minutos al día de ejercicio, se estarían realizando sólo 49 minutos de ejercicio a la semana".

Por otro lado la doctora afirma que "mi crítica hacia este tipo de entrenamiento es que si bien logra mezclar ejercicio aeróbico con ejercicio de sobrecarga muscular, tiene un tope en cuanto a las cargas de ejercicio que se logran trabajar", por lo que con este método no se lograría entrenar la fuerza muscular, que tiene otros beneficios para la salud.

2) No se recomienda para todas las personas

Para Gattini, este método no es adecuado para todos, ya que si bien hacer ejercicio de intervalos de alta intensidad tiene muchos beneficios, la rigurosidad de los entrenamientos puede ser perjudicial para algunos.

"No está recomendado para todo tipo de personas, más que nada porque cualquier persona sedentaria que desee empezar a practicar ejercicio, sobretodo ejercicio de alta intensidad o vigoroso, requiere una adecuada evaluación por algún equipo de salud especializado (...) para pesquisar cualquier tipo de patología, sobretodo de origen cardiovascular, que se pueda agravar o descompensar con el ejercicio", afirma la especialista.

Además que el hacer ejercicios sin supervisión de un equipo de salud o preparador físico, como sucedería con el caso de las aplicaciones, existen riesgos de lesiones, al no realizar adecuadamente los ejercicios.

3) Beneficios y Riesgos

La doctora detalla los pros y contras de este entrenamiento.

  • Beneficios: práctico, barato, accesible, realista a la disponibilidad de tiempo de la población general, logra mejorar capacidad cardiorrespiratoria, aptitudes musculares como la resistencia y potencia muscular (y algo de fuerza), útil para mejorar el manejo de patologías de origen cardiometabólico (obesidad, dislipidemia, hipertensión arterial, trastornos del metabolismo de la glucosis, prevención de patología coronaria).

 

  • Riesgos: eventos cardiovasculares -sobretodo en personas con patología cardiovascular oculta (que no ha dado mucho síntoma y/o que la persona no se ha estudiado)-, se podrían agravar lesiones musculoesqueléticas ya existentes, se podrían producir nuevas lesiones si la ejecución del ejercicio no está biomecánicamente bien ejecutado, podría llegar a ser aburrido después de un tiempo, es más difícil progresar las cargas pensando en mejorar la fuerza muscular. Estos riesgos sin duda se podrían disminuir con una buena evaluación pre-participativa previo al inicio de ejercicio.