Un estudio publicado recientemente en la Actas de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU (PNAS) reveló que los niveles de angustia en la población mundial aumentaron en los últimos 10 años.
Concretamente, según estudios anteriores, en 2009 un 25% de las personas reconoció haber tenido sentimientos de tristeza, preocupación o estrés durante gran parte del día y en 2021, tras entrevistar a personas de 113 países, la cifra se elevó al 31%.
Los datos analizados por Michael Daly y Lucia Macchia, de la Universidad de Maynooth, en Irlanda, reflejaron, que las personas con un estatus socioeconómico inferior tienen peor salud mental que aquellos con mejores ingresos.
"Se observaron aumentos estadísticamente significativos en los niveles de angustia emocional entre 2009 y 2021 en todos los grupos demográficos examinados y fueron mayores entre aquellos con educación primaria y los del quintil inferior de ingresos", indicaron los investigadores.
Además, como era de esperarse, durante la pandemia de COVID-19 se detectó un incremento del 2,5% en la población que vivía con angustia.
Si bien dicha cifra disminuyó, no logró bajar a las estadísticas previas al inicio de la pandemia: "La población se adaptó con flexibilidad a las circunstancias estresantes de la pandemia y se recuperaron relativamente rápido del angustioso impacto inicial del periodo de confinamiento".