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Estamos "básicamente desprotegidos" ante la caída de meteoritos

En el Hemisferio Sur no hay telescopios dedicados al rastreo de asteroides o meteoritos. El único programa astronómico que monitorea los cielos australes se acabará en julio.

Cristián Jara

Martes 4 de junio de 2013

El riesgo de que un asteroide o meteorito impacte sobre la Tierra es constante y real. Prueba de ello fue el de Chelyabinsk, que explotó sobre Rusia el 15 de febrero causando grandes daños.

Ante la amenaza y, teniendo en cuenta otros casos recientes de caídas de cuerpos desde el cielo, como uno registrado en Iquique y otro en Argentina, surge de inmediato la interrogante: ¿Estamos preparados para detectar a tiempo la caída de un asteroides o meteoritos en Chile?

La repuesta es simple: no.

Las posibilidades de que no se logre detectar a tiempo una potencial amenaza de este tipo en el Hemisferio Sur aumentarán a contar de julio, cuando se acabé el financiamiento del Siding Spring Survey, en Australia.

Se trata del único programa astronómico cuyo telescopio rastrea asteroides cercanos a la Tierra (conocidos por su acrónimo en inglés NEOs, Near Earth Objects), y con ello los cielos del sur queden prácticamente sin monitorear, hasta - probablemente- el año 2020.

"Lo vimos claramente en febrero, cuando un meteorito relativamente pequeño causó un daño significativo en Rusia. Es una amenaza potencial que en el Hemisferio Sur no estamos capacitados para prevenir", señala Ezequiel Treister, astrónomo de la Universidad de Concepción e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines CATA, que viene siguiendo el preocupante tema.

AMENAZAS REALES

En el caso de que cualquier asteroide grande -como el que se cree que extinguió a los dinosaurios, que medía unos 12 kilómetros de diámetro- se acercara a la Tierra se detectaría. Pero es muy raro que una amenaza así se presente,ya que, según señala el experto, "se puede dar una vez cada 50 ó 60 millones de años".

"Elementos más pequeños, pero que pudieran causar un gran daño también lo detectaríamos". La preocupación pasa por objetos como el que cayó en Rusia, que no son tan grandes, es decir en el rango de los 100 metros.

Aquellos, "no son asteroides que vayan a destruir la humanidad ni mucho menos. Ni siquiera podrían destruir a una cuidad entera, pero si caen en una zona habitada, como se ha visto, podrían causar un daño significativo. En eso, la capacidad de monitoreo que tenemos es muy baja".

El astrónomo de la Universidad de Chile e investigador del CATA, Patricio Rojo, explica que "estos objetos están cayendo todo el rato", y gráfica las probabilidades de que alguno caiga.

"Todos los días hay uno de un porte de una lavadora a punto de caer. Cada 50 años hay una roca del tamaño un camión minero que puede caer. Finalmente, cada mil años, uno de una cancha de fútbol".

La mayoría, dice el profesor Rojo, son tan pequeños que no alcanzan a llegar a la superficie de la Tierra.

¿QUÉ SE NECESITA PARA MONITOREAR ASTEROIDES Y METEORITOS?

"Para detectar los asteroides -por más simple que parezca- lo primero que necesitamos es estar mirando el cielo. Se requiere cubrir una gran cantidad de cielo, ojalá todo, lo más rápido posible", es lo primero que señala Treister.

Los proyectos que están funcionando actualmente no son telescopios particularmente grandes o poderosos como los del norte de Chile, pero tienen la capacidad de estar constantemente observando todo el cielo y de esa manera lo que se busca son básicamente objetos que cambien o que se muevan rápido.

Los telescopios, como los ubicados en el Hemisferio Norte, cubren todo el cielo visible, capturando imágenes cada mes, cada semana o cada tres días, dependiendo de sus capacidades. Después se comparan esas imágenes para ver si algo se movió, lo que permite detectar los asteroides.

Una vez que se detectan, viene todo un trabajo de seguimiento en el cual hay que, primero, determinar la órbita. Luego se debe determinar si representa un potencial peligro de colisión con la Tierra; una medición de qué tan grande es y a qué distancia está.

"El problema es que la gran mayoría de estos telescopios y observatorios están en el norte del mundo" específica Treister. "Para evitar estas amenazas hay que mirar todo el cielo, no tan sólo una parte de él. Por eso es que es necesario tener de estos dispositivos en el Hemisferio Sur... lo que efectivamente ha sido un problema".

CIELOS PRIVILEGIADOS, POCA VOLUNTAD

Cada cierto tiempo llegan desde el complejo astronómico ALMA, ubicado en el norte de Chile, imágenes y logros científicos relevantes como cuando se logró detectar galaxias tempranas en tiempo récord, pero no tenemos telescopios, ni observatorios especializados en rastreo de asteroides, ¿por qué?

Para el astrónomo del CATA, "es una cuestión política. Se han hecho en el Hemisferio Norte porque el congreso de Estados Unidos se tomó la amenaza muy en serio".

"Existe un mandato del Congreso estadounidense en el cual se le indicó a la NASA que ellos tenían que diseñar un plan para detectar cualquier asteroide mayor a un kilómetro, al menos un mes antes de un posible impacto. Algo así nunca ha ocurrido, por estos lados", explica Treister.

"En este momento estamos básicamente desprotegidos del lado del sur, lo que cambiará cuando en 2020 se instale un telescopio especial en el norte de Chile. Se podría hacer mucho más de lo que se hace actualmente, si es que hubiese voluntad de hacerlo, porque ni siquiera es un requisito fundamental un gran presupuesto.

El LSST (Telescopio para Rastreos Sinópticos) será un telescopio de 8,4 metros capaz de examinar la totalidad del cielo visible que se construirá en el norte de Chile, que se espera entre en funcionamiento en el año 2020.

"Será un salto gigante con respecto a todo lo que ha habido antes. Este telescopio va a poder monitorear como nunca antes, por sus características de tamaño, tanto como de rendimiento".

"Los objetos cerca de la tierra de desplazan en el espacio, de hecho en astronomía es  lo único que se mueve rápidamente. Por eso hay que sacar imágenes consecutivas y constantes", establece Patricio Rojo."Para prever cualquier amenaza hay que buscarlas en todo lados", concluye.