El dueño de buses Línea Azul fue condenado a cinco años de libertad vigilada, luego de que se demostrara su responsabilidad en el fatal accidente protagonizado por un vehículo de su empresa en la Ruta 5, en agosto del 2019.
El empresario habría autorizado que el bus saliera con fallas mecánicas y patente adulterada. A la altura de San Francisco de Mostazal, en la región de O'Higgins, el vehículo chocó contra barreras de contención, causando así la muerte de seis personas y dejando a otras 46 lesionadas.
Acorde a la sentencia que leyó la jueza Verónica Encina, el dueño de la empresa, Marcelo Hernández, deberá cumplir una pena de cinco años de libertad vigilada.
En tanto, el otro imputado identificado como Daniel Guajardo, quien era el jefe del taller de Línea Azul, deberá cumplir cinco años de libertad vigilada.
Ambos completarán sus penas en libertad, pues tal como indicó la magistrada, tienen "los requisitos para sustituir la sanción privativa de libertad por la pena de libertad vigilada intensiva".
Durante el juicio, el abogado querellante de las víctimas, Franklin Bustos, señaló que "todo lo que ocurrió en este accidente fue bajo la autorización y el consentimiento de este empresario. La adulteración de las placas patentes de un bus que no podía estar circulando y pese a todo, protagonizó este accidente".
Andrés Fernández, familiar de dos de las víctimas del siniestro, señaló que "como familia estamos conformes porque se hizo justicia. Sin embargo, creo que se podría haber llegado a prisión efectiva. Eso no se logró y creo que sería bueno analizarlo".
Paralelamente, Línea Azul y los querellantes llegaron a un acuerdo para el pago de una millonaria indemnización.