"Él me decía constantemente que de repente iba a caer y me iba a tocar ir a recogerlo". Esta frase fue parte del relato de Marlén Erices, viuda de Carlos Cisterna, quien reveló detalles de los días previos al triple homicidio de Carabineros que conmocionó a Cañete y a todo el país.
Este lunes 27 de mayo se cumple un mes del brutal ataque a los tres funcionarios y, por primera vez y en exclusiva a 24 Horas, la esposa del mártir contó que Carlos temía por su vida y que estaba más inquieto de lo habitual por la seguridad de los sectores donde trabajaba.
"Él me decía constantemente que de repente iba a caer y que me iba a tocar ir a recogerlo. (Esa noche) Se despidió del hijo y de mí y dijo 'ojalá que me vaya bien'. A mí me angustiaba eso; yo decía '¿cómo va a ser tanto?' y me decía que del cruce Peleco hacia abajo era demasiado peligroso", señaló Erices.
A las pocas horas de emprender camino a lo que sería una noche de controles por medidas cautelares, la tranquilidad y el silencio del sector fueron interrumpidos por uno de los crímenes más violentos que recuerde la historia reciente de la institución, ocurrido justo el mismo día de su aniversario.
Pasadas las 2:30 horas, según recuerda Marlén, su hermana le avisó de la tragedia. "No lo puedo creer, hasta el día de hoy estoy en asombro, porque no puedo creer lo que pasó", contó.
Sobre la misma, reconoció que "tengo cambiado el sueño porque tengo la impresión de que de repente va a llegar, que va a tocar a puerta. A veces son otras personas y yo pienso que él va a llegar".
Marlen también comentó que Carlos era un conocedor de la zona, que había vivido una emboscada años atrás y que siempre le inquietó el nivel de control que tenían ciertos grupos en el territorio.
"Son personas que siempre están ahí, que habitan ahí, que salen a la carretera a controlar como funcionarios de Carabineros, les toman el dato, qué persona era, de dónde era, por qué iba para allá, por eso para ellos era muy peligroso, porque a ellos no los querían ahí. Hace como un año que él tenía miedo de morir, de que lo atacaran, porque decía que cada vez se ponía peor esto", aseveró.
De hecho, según El Mercurio, uno de los móviles del crimen sería para recuperar dicho control territorial, por lo que ahora se incrementó la presencia con más patrullajes y fiscalizaciones, así como la dotación de carros blindados.
"Si no se pone mano dura, esto va a seguir, van a seguir muriendo carabineros, seguirán quedando viudas con los hijos, solas", enfatizó.
A raíz de esta emboscada, casi sin precedentes, se han realizado 213 operativos policiales en la provincia y casi la mitad contó con refuerzos militares, todo para dar con el paradero de los responsables, que, según el fiscal nacional Angel Valencia, "estarían más cerca de ser presentados ante la justicia".