La Compañía de Jesús entregó los resultados de la investigación canónica previa en contra del sacerdote jesuita, Felipe Berríos, determinando "la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes". Luego de darse a conocer la noticia, Felipe Berríos emitió una declaración en donde descartó los hechos que se le acusan.
Berríos comenzó su declaración señalando que tras más de 110 días desde que la Compañía de Jesús informó que abriría la investigación, ha sido "atacado" y "ha habido un total secretismo respecto de la investigación y en que principalmente han hablado terceros que se refugian en el anonimato para tergiversar la realidad y condenarme a punta de rumores, sin preocuparse de que haya un juicio justo y transparente".
Agregó que luego de conocer el comunicado de la Compañía de Jesús emitido este jueves, según afirmó "que lamentablemente no diferencia entre las cuatro denunciantes y los tres relatos de otras personas y que no explica la diferencia entre que un hecho sea verosímil y que este realmente haya ocurrido. Tampoco aclara que un número importante de los 40 testigos que menciona concurrieron para dar testimonio de no haber observado nunca conductas impropias de mi parte".
Aclaró que "por tratarse de una acusación tan compleja y mediática, preferí aislarme y no hacer comentarios que pudieran afectar la investigación". Añadió que ha sido "respetuoso y colaborativo con este proceso y sólo hablé a través de una declaración pública para contrarrestar las falsedades que algunos se encargaron de filtrar a los medios".
Destacó que en el tiempo transcurrido ha podido conocer el detalle de las cuatro denuncias y los tres relatos que "finalmente se presentaron ante la investigadora canónica, ninguna de las cuales ha sido llevada a la justicia". Afirmó que se trata de las "únicas acusaciones que he recibido en 45 años como jesuita y luego de trabajar con más de 15 mil jóvenes en colegios y otros tantos en diferentes organizaciones sociales".
Bajo este contexto comunicó que "salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes. Pero tras conocer sus relatos, puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen".
Berrios mencionó que "la sola expresión “actos de significación sexual” es muy compleja", dado que "la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo. Acá no hay nada de eso. La opinión pública debe saber que de lo que se me acusa es de conductas impropias, como lenguaje inapropiado, hablar de temas que supuestamente no corresponderían a un sacerdote y en algunos casos de abrazos y supuestas tocaciones de muslos y glúteos".
"Nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como que me traten de “padre” o usar vestimentas opulentas. Todo eso, justamente, para evitar posiciones dominantes", subrayó.
Enfatizó en que espera que el proceso "avance en la justicia ordinaria, pues ahí podré enfrentar un juicio justo y transparente, de cara a la ciudadanía".
Felipe Berríos terminó su declaración agradeciendo a "quienes, a lo largo de estos meses, han seguido enviándome muestras de cariño y creyendo en mí. A ellos, especialmente, les dirijo estas palabras".