La Policía de Investigaciones (PDI) desarticuló una organización criminal compuesta por chilenos y colombianos, dedicada a la comercialización de drogas ingresadas por pasos no habilitados en el norte del país.
La droga posteriormente era llevada hasta Santiago a través de la técnica del courier, ocultando la sustancia ilícita dentro de muebles, específicamente sillones refaccionados.
"Venían ocultas (en muebles) no solo una gran cantidad de cocaína, sino que también peligrosas drogas sintéticas", detalló Patricio Rosas, fiscal jefe de Flagrancia Occidente.
Una vez que llegaba hasta la capital, la banda la vendía en el sector poniente.
Durante el operativo, las autoridades lograron incautar más de 33 kilos de clorhidrato de cocaína y cerca de 14 mil comprimidos de MDMA.
Las diligencias concluyeron con cuatro personas detenidas: dos colombianos en situación migratoria irregular y dos chilenos.
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